Charlottenstraße

Como estás a punto de recorrer varios centenares de metros por la calle Charlotte, me gustaría aprovechar esta oportunidad para hablarte un poco de la reina que hay detrás del nombre. Se ha mencionado varias veces a su marido, Federico, que era príncipe elector de Brandeburgo y se declaró rey de Prusia en 1701. Pero cuidado, no te equivoques; fue Federico II, conocido como el Grande, el primer rey de Prusia, y una sutileza en la sintaxis puede hacer toda la  diferencia. En resumen, estamos aquí para hablar de Carlota, que, como otras reinas, ejerció una gran influencia en su país y fue una figura importante en la corte prusiana. Famosa por su contribución al mundo del arte, la música y la ciencia, fue ella quien construyó el famoso palacio de Charlottenburg, magnífico ejemplo de la arquitectura rococó y barroca prusiana. Primero lo mandó construir como residencia de verano, donde invitaba a poetas, músicos, filósofos y otros artistas a reunirse con ella. Ampliado y embellecido, se ha convertido en el castillo más prestigioso de Berlín. Si quieres visitarlo, debes saber que está a unos 6 km al oeste de la Puerta de Brandeburgo y que se puede llegar a él en transporte público. También verás un magnífico parque trazado por uno de los jardineros de Versalles, así como un mausoleo real, un mirador que alberga una colección de porcelana, un pabellón lleno de pinturas románticas y un invernadero, donde se celebran conciertos clásicos vestidos de época. La calle de la Reina Carlota atraviesa el barrio histórico de Mitte, revelando importantes elementos del patrimonio berlinés. Por nuestra parte, sigue recto hasta cruzar la Schützenstraße.