Plaza de la Mirpe

Casas con entramado de madera, contraventanas pintadas, jardineras de flores y una estatua de Cyrano: ¡parecerá que estás en un cuento de hadas! La plaza de la Mirpe, a la sombra de los castaños, es el lugar perfecto para detenerse y contemplar el entorno. Fíjate en los finos ladrillos incrustados en el adobe y también en los tejados de las casas. ¿No te recuerdan algunas de ellas a cascos de barco volcados? ¡Porque eso es exactamente lo que parecen! ¡Antiguamente, los carpinteros eran los mismos que hacían los barcos y los armazones de los tejados! El icono de la ciudad, Cyrano de Bergerac, está entronizado en el centro de la plaza. Nacido de la imaginación de Edmond Rostand, Cyrano solo tiene de Bergerac el nombre. La obra está vagamente basada en el escritor libertino Savinien de Cyrano de Bergerac, que nació y murió en la región de París, pero no existe ningún vínculo directo entre ambos.
Aunque la obra de Edmond Rostand es totalmente ficticia, en el famoso personaje se pueden encontrar ciertos rasgos de la vida del Cyrano real. En primer lugar, al igual que su tocayo, Savinien de Cyrano fue un escritor, poeta y duelista de renombre. Era un hombre de honor, valiente y célebre por su bravura. Como Cyrano, Savinien también era solitario, con ideas vanguardistas que le daban la imagen de un pensador original y a menudo polémico. La nariz de Cyrano es obviamente una exageración del autor y una elección dramática especialmente teatral, pero es cierto que Savinien también tenía una nariz prominente. La historia de amor con Roxanne, en cambio, es completamente inventada.
Presentada por primera vez en París en 1897, la obra fue un gran éxito. Cyrano se convirtió en un arquetipo humano a la altura de Don Quijote o Hamlet, y Edmond Rostand recibió incluso la Legión de Honor al año siguiente. Así que fuera o no de Bergerac, no importaba, Cyrano es y seguirá siendo el embajador perfecto de toda una región.