Plaza Saint-Nicolas

Es la plaza principal de Bastia. Lugar de encuentro de los habitantes, esta plaza rebosa actividad durante todo el año: conciertos al aire libre en verano, pista de hielo, rueda de la fortuna y mercado de Navidad en invierno, un mercado de las pulgas todos los domingos por la mañana e incluso el Salón del Chocolate en octubre. Esta inmensa plaza, de dimensiones sorprendentes, está bordeada de árboles a lo largo de toda su longitud y deja ver grandes palmeras en su extremo, lo que nos lleva inmediatamente al ambiente del Sur. Delante de ti, en el centro, se alza un quiosco, recientemente restaurado, pero que data de 1908. Detrás, el monumento a los caídos. Se inauguró por primera vez en 1925, pero a los vecinos no les gustó el pedestal sobre el que se alza la estatua. En 1935 se inauguró un nuevo pedestal. La estatua fue creada por Louis Patriarche, y representa a una viuda llamada Margherita Paccioni, que perdió a dos de sus hijos en la guerra de la Independencia. Aquí presenta a su último hijo a Pascal Paoli, una de las figuras más representativas de este periodo de la historia de Córcega. Más adelante hablaremos de ello. El monumento, en cualquier caso, está dedicado a todos los héroes nacionales, y se pueden ver varios conflictos diferentes. En la parte frontal figuran las fechas 1945-1954 y 1952-1962, correspondientes a la Guerra de Indochina y la Guerra de Argelia; y en los laterales las fechas de la Primera y Segunda Guerras Mundiales y la Guerra franco-alemana de 1870. Un bonito homenaje a todos los soldados que lucharon. Detrás de ti, en el extremo de la plaza, se encuentra una réplica del submarino Casabianca, que desempeñó un papel importante en la liberación de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial y sigue siendo uno de los cinco submarinos de su clase que sobrevivieron a la guerra, de los treinta y un enviados. Para verlo, camina unos metros hacia la esquina de la plaza, cruza la calle y te toparás con él. Al otro lado del quiosco y de la plaza, encontrarás una estatua de Napoleón I, representado como un emperador romano. Fue el primer monumento levantado en la plaza: lo construyó en 1813 el florentino Lorenzo Bartolini. La hermana de Napoleón, Elisa, había encargado la estatua para instalarla en Livorno, pero el proyecto sería cancelado. La estatua permaneció en el taller del escultor durante muchos años antes de ser instalada aquí, en la plaza principal de Bastia. Vestido con toga y auroleado con laureles, Napoleón sostiene un cetro en la mano izquierda y un pergamino en la derecha. Recuerda a los emperadores romanos, o incluso al dios Júpiter, ya que lleva sus atributos y está junto a un águila. En la parte posterior, sobre el pedestal, está el escudo de la ciudad. Hasta aquí los monumentos. Volvamos a la plaza. Creada en el siglo XVIII como lugar de paseo para los habitantes de Bastia, ha cambiado de nombre varias veces a lo largo de su historia: primero se llamó Plaza Narbonne, más tarde Champ de Mars, luego Plaza de la Rivière, Plaza Louis-Philippe y, por último, Plaza Saint-Nicolas, en referencia a la pequeña capilla del mismo nombre que se erigía aquí. Está rodeada de numerosos cafés y restaurantes, así como de varios edificios de lujo, antiguos palacios construidos por personas muy adineradas. En uno de ellos, en el número 15 del bulevar Général de Gaulle, se encuentra la boutique Mattei, que dispone de productos de la marca de aperitivos y licores L.N. Mattei, entre ellos el famoso Cap Corse Mattei, creado en Bastia en 1872. Esta concept store te invita a descubrir una amplia gama de productos locales, como vinos, licores y champanes, en su claramente reconocible escaparate rojo, situado detrás del monumento a los caídos. No dudes en pasarte por allí. Después de toda esta información, te dejo disfrutar a tu antojo la plaza Saint-Nicolas, una de las más grandes de Francia, antes de continuar tu visita.