Plaça del Rei

Pequeña joya medieval escondida, la plaza del Rey te transporta a la Edad Media, a la época de los condes de Barcelona. Situada frente al palacio real, servía de patio de armas del castillo y en ella se celebraban mercados y torneos. Incluso fue aquí donde se celebró el primer encierro de Barcelona, ¡en 1387! El palacio se construyó en el siglo XII sobre ruinas visigodas y romanas. Sirvió de residencia a los condes de Barcelona y luego a los reyes de Aragón hasta principios del siglo XV. El palacio cuenta con un enorme salón de recepciones, donde, según la tradición, Cristóbal Colón fue recibido a su regreso de las Américas por los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que habían financiado su viaje. Esta amplia sala está conectada con la Capilla Palatina de Santa Águeda, construida sobre la antigua muralla romana y donde se celebraban las ceremonias privadas de la nobleza. Contiene un impresionante retablo considerado uno de los mejores ejemplos del arte gótico catalán. El palacio termina con el huerto, un magnífico jardín rodeado de porches y dependencias, que hoy alberga el Museu Frederic Marès, famoso escultor español. El palacio real fue también la sede de la Inquisición, una despiadada institución de origen medieval, encargada de velar por la pureza de la fe cristiana y de combatir la herejía y a todo aquel que cuestionara las creencias de la Iglesia. Y mira las escaleras que conducen al palacio. Fue aquí donde el famoso rey católico Fernando de Aragón estuvo a punto de ser asesinado el 7 de diciembre de 1492. Su agresor fue detenido, juzgado y condenado a una terrible muerte ejemplar. A la izquierda del palacio se encuentra la Atalaya del Rey Martí, construida en 1555. Se ha descrito como uno de los grandes rascacielos de la época medieval, con sus 5 pisos formados por galerías de arcos de medio punto. Domina el Palacio del Lugarteniente, construido unos años antes para el virrey de Cataluña, que nunca vivió allí.  Desde 1853, alberga los archivos de la Corona de Aragón. Es uno de los archivos más antiguos de Europa. Has llegado a la Plaça dei Rei por su bonito patio interior. Dejaré que te acerques a la muralla principal y observes de cerca las piedras de la base del muro. Verás que algunas de ellas llevan inscripciones en hebreo. De hecho, han sido reutilizadas y proceden de la destrucción de la judería de Barcelona entre 1391 y 1492. Algunas son lápidas antiguas, rescatadas del antiguo cementerio judío de Montjuïc. Tras la Guerra de Sucesión española, el poder catalán decayó y el lugar se convirtió en un convento. Desde las ruinas romanas, pasando por los Reyes Católicos, hasta las monjas de Santa Clara, te encuentras en el corazón de una plaza de profundo valor histórico, donde casi puedes sentir los ecos del pasado, encerrados entre estos muros milenarios.