Plaça de Sant Jaume

Volvamos a la época en que Barcelona aún se llamaba Barcino. Estás en el cruce de 2 vías romanas principales, donde antaño se alzaban el foro romano y el templo de Augusto. Incluso puedes ver 4 de las columnas del templo, que han sobrevivido a los siglos, en la cercana carrer del Paradis. La plaza debe su nombre actual a la antigua iglesia de Sant Jaume, que fue demolida en 1823 para dar paso al nuevo corazón, más político, de la ciudad. A un lado está el Palau de la Generalitat, el palacio del gobierno autónomo de Cataluña, y al otro El Ajuntament de Barcelona, el ayuntamiento. Ambos edificios son igualmente imponentes y han sido catalogados como bien de interés nacional. El palacio del gobierno catalán es el abovedado, con 4 columnas que sostienen un balcón donde se puede ver la estatua de San Jorge matando al dragón.  Construido a partir de 1400, es uno de los pocos edificios de origen medieval de Europa que sigue siendo sede de la institución que lo construyó. El exterior no insinúa ni por un segundo la belleza del interior. Si quieres descubrir lo que hay tras estos muros, y estás aquí en el momento adecuado, hay visitas guiadas gratuitas el primer y cuarto fin de semana de cada mes. Frente al palacio, al otro lado de la plaza, está el Ayuntamiento de Barcelona. Sus orígenes se remontan a 1249, cuando el rey Jaime I de Aragón nombró a 4 padres para gobernar la ciudad y dotarla de cierta independencia. Al hacerlo, sentó las bases de la historia del municipio de Barcelona. Puedes acceder al patio interior, accesible desde la entrada principal. Aquí encontrarás varias esculturas de renombrados artistas españoles. Puedes visitar el resto del edificio todos los domingos. La Plaça de Sant Jaume es ahora un soplo de aire fresco en un barrio de calles estrechas, ¡y un auténtico lugar de encuentro! Aquí es donde se da la bienvenida al FC Barcelona tras una victoria importante, y también es donde puedes ver dos tradiciones típicamente catalanas los días de fiesta: La Sardana y los Castellers.  La Sardana es un baile tradicional que simboliza la libertad, y los Castellers son las pirámides humanas de las que te hablamos, cuya tradición forma parte ya del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.