Basílica Santa Maria del Mar

Pasa junto a la Basílica de Santa María del Mar. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica. Es todo armonía de proporciones. Lo que la hace tan perfecta en su conjunto es la rapidez con que se construyó. Apenas 55 años, mientras que la mayoría de las catedrales que conocemos se construyeron a lo largo de varios siglos, con todas las discrepancias de época y cambios estilísticos que ello conlleva. La Basílica de Santa Eulalia representaba la monarquía, la autoridad superior y la riqueza en general, mientras que la Basílica de Santa María del Mar pretendía simbolizar la humildad de los pescadores y la fe popular. Pero el compacto exterior no tiene nada que ver con la ligereza del interior. Las columnas, separadas entre sí 13 metros -una primicia en una catedral gótica- desafían la gravedad y parecen enviar todo ese peso de piedra hacia el cielo. Es como si la humanidad quisiera enviar todos los males de la tierra a lo eterno. El resultado es absolutamente único en el mundo. Al salir de la basílica y continuar tu recorrido, te encontrarás con una esbelta estructura de metal rojo. Se trata de un monumento a los muertos, dedicado a todos los que perdieron la vida durante el asedio de Barcelona en 1714, que mutiló el distrito. Una llama en lo alto del arco arde todo el año en su memoria.