Otras visitas modernistas

Así llegarás a la Travessera de Gracia, que, como su nombre indica, atraviesa todo el barrio de Gracia. Sólo quería decirte que si sigues 700 metros recto a tu izquierda, la calle te llevará a otra joya indiscutible del arte modernista catalán. Ya has caminado mucho, pero si te apetece y tus piernas están en condiciones, no dudes en ir a admirar el Recinto Modernista de Sant Pau. Este complejo de ciudad-jardín fue diseñado por Lluis Domenech i Montaner a principios del siglo XX. Recientemente renovado, brilla con mil luces y es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el año 97. Si quieres continuar tu descubrimiento arquitectónico fuera de las murallas de Barcelona, no dudes en dirigirte al municipio de Santa Coloma de Cervelló, a 23 km. Allí encontrarás la Colonia Güell. Esta singular urbanización de antiguos trabajadores fue diseñada por el empresario y mecenas Eusébi Güell para alojar a sus empleados después de que trasladara su fábrica a las afueras de Barcelona. Con el apoyo de su amigo Antoni Gaudí, los dos hombres se embarcaron en un proyecto para mejorar la vida y las condiciones de trabajo de los obreros, combinando comodidad y belleza y creando una urbanización modernista. De fácil acceso, a sólo 20 minutos de Barcelona en Ferrocaril, podrás disfrutar de esta visita fuera de lo común y descubrir la iglesia de la ciudad, la cripta de Gaudí, que reúne todas las innovaciones arquitectónicas concebidas por el arquitecto. También puedes ir a Terrassa, a unos treinta kilómetros de Barcelona, también accesible en tren. Esta pequeña ciudad, situada a la entrada del parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, es una maravilla de patrimonio medieval combinado con joyas modernistas. Aquí encontrarás la intrigante Maisa Freixa, concebida como fábrica textil antes de convertirse en vivienda y luego en sede de la oficina de turismo. Y no te pierdas el Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña, ubicado en una antigua fábrica de máquinas de vapor, donde podrás aprender todo sobre su funcionamiento mientras lo visitas. Y por último, pero no por ello menos importante, acércate a la emblemática Casa Alegre de Sagrera, para admirar sus espléndidas vidrieras modernistas, sus techos ornamentales y su refinado mobiliario, testimonio del estilo de vida burgués de las grandes familias textiles de principios del siglo pasado.