Plaza de los Cuerpos Santos

La plaza de los Cuerpos Santos es una de las más acogedoras de la ciudad. Con numerosos cafés que disponen sus terrazas bajo los árboles, es un lugar animado, ideal para hacer una pausa. Esta área ya existía en la Edad Media, cuando era conocida como Plaza del Cuerpo Santo, dado que en ella reposaban las reliquias de Pierre de Luxemburgo, uno de los santos patronos de la ciudad. En 1387, a petición propia, fue enterrado en el cementerio que había aquí en otros tiempos. Conocido como el cementerio de los pobres, se situaba fuera de las fortificaciones. Cuando fue beatificado, es decir, elevado al rango de beato, un título que precede al de santo, se construyó una iglesia sobre sus reliquias. Se trata del monasterio de los Celestinos, que aún hoy puede verse a la izquierda, y que actualmente está en desuso. En 1843, tras el descubrimiento de las reliquias de Saint-Bénézet y otros personajes ilustres cerca de esta iglesia, se decidió rebautizar la plaza con el nombre de plaza de los Cuerpos Santos. En cuanto a la iglesia, era una de las más ricas de la ciudad, y el convento conserva su claustro y casi todos sus edificios. Por eso fue declarado Monumento Histórico en 1914. Por desgracia está cerrado a las visitas, a excepción de las Jornadas del Patrimonio y de algunos conciertos durante el Festival de Aviñón.