Catedral Notre Dame des Doms

Otra de las maravillas de la ciudad es la catedral de Notre-Dame-des-Doms. Fue construida en el peñón de Doms en el siglo XII, en un bello estilo románico provenzal. Y posteriormente fue ampliada entre los siglos XIV y XVII. Gracias a su posición estratégica y a su imponente chapitel que le permite dominar la ciudad, es divisada desde una gran distancia, y hace alarde de la grandeza de la ciudad de los Papas. En efecto, ocupó el lugar de una iglesia anterior que existía desde el siglo IV. Terminada en 1150, la catedral es el edificio más antiguo de la plaza: ha sido objeto de varias restauraciones a lo largo de los siglos, lo que explica que ahora ostente varios estilos arquitectónicos, como el románico para su pórtico y nave, el gótico para sus capillas y el barroco para su ábside y balcones. Su pórtico, con influencias de la arquitectura antigua, su estatua dorada de la Virgen de más de 4 toneladas y toda su arquitectura la convierten en una de las obras maestras del arte románico provenzal. Desde luego, está catalogada como monumento histórico, y además su interior bien merece una visita: en él se encuentran las fascinantes tumbas de los papas que han vivido en Aviñón, así como tesoros artísticos que no puedes perderte.