Vestigios galo-romanos

La calle de la Marina, corazón del barrio del mismo nombre, es testigo de la larga historia de Auxerre. A tu izquierda, verás murallas que datan del siglo III, construidas por los romanos. En aquella época, y durante muchos siglos después, la ciudad estuvo rodeada de fortificaciones que protegían a los habitantes de los ataques enemigos y regulaban la entrada de mercancías. Aunque los vestigios de ocupación humana sugieren que la zona ha estado habitada desde la Edad de Bronce, no fue hasta la época romana cuando se convirtió en una ciudad verdaderamente desarrollada y próspera, abierta al comercio. Por ello fue esencial fortificar la ciudad con murallas que, como puedes ver aquí, eran muy altas y gruesas, y estaban adornadas con grandes torres para vigilar los alrededores. Además, todavía podemos ver la torre de la esquina noreste (bien conservada) que nos permite imaginar cómo era Auxerre, antaño conocida como «Autessiodurum», ¡hace 18 siglos! Observa que en la época romana, como puedes imaginar, no había ventanas ni tejado de pizarra. Estos se añadieron más tarde en la historia. Continúa por la calle de la Marina hasta llegar a la Plaza de San Nicolás.