Iglesía Notre-Dame de Liesse

Te estás acercando a la iglesia de Notre-Dame de Liesse. Fue fundada en el siglo XIV por los Condes de Ginebra, que querían un lugar digno de ese nombre para albergar sus futuros enterramientos. Es posible que no conozcas muy bien a estos famosos Condes de Ginebra. El título sólo lo ostentaron 17 señores, y se extinguió con el último a finales del siglo XIV. Después, sus tierras pasaron a depender de la Casa de Saboya. En 1360, Amédée III de Ginebra seguía siendo un hombre importante. Así que hizo construir una gran iglesia en el emplazamiento de un antiguo oratorio en el corazón de Annecy, donde tenía un castillo. En 1530, la iglesia acogió una boda importante e influyente, la de Philippe de Savoie-Nemours y Charlotte d’Orléans, y para dicha ocasión, se le dotó de un gran campanario. En aquella época, era realmente impresionante. ¡ La iglesia incluso recibió la famosa reliquia de la Sábana Santa! Durante la Revolución Francesa, todos los campanarios de Annecy fueron arrasados, pero Notre-Dame sólo perdió su aguja. En cambio, la iglesia se vio privada de su coro, que estaba delante del edificio. Los revolucionarios lo destruyeron para crear la plaza de la Libertad. Ésta es la plaza de Notre-Dame en la que te encuentras hoy, adornada con la hermosa fuente en forma de obelisco y decorada con leones y tortugas. En 1815, cuando el departamento del Mont-Blanc pasó a manos de la Casa de Saboya, se reconstruyeron las iglesias. La que ves aquí se construyó en la década de 1850, en lo que ahora se conoce como el estilo sardo, ya que entretanto los duques de la Casa de Saboya se habían convertido en reyes de Piamonte y Cerdeña. ¡Había que estar al día!  Pasarían otros 10 años antes de que Annecy se convirtiera en francesa, cuando Víctor Manuel II y el conde de Cavour transfirieron Saboya a Francia como parte de las estrategias políticas necesarias para unificar Italia. A la izquierda de la iglesia, el elegante edificio de fachada color arena es el antiguo ayuntamiento de Annecy. El edificio se utilizó primero como hospital, luego como tribunal revolucionario y sala municipal antes de dedicarse exclusivamente al municipio en 1770. Acércate a la doble escalera para admirar el notable trabajo de forja. Una vez más, encontrarás la famosa trucha plateada de Annecy, escondida en las curbas del hierro.