Visitar Amsterdam

¡En Ámsterdam se puede comer a cualquier hora! ¿Te entra el hambre a medianoche? No tendrás problema para encontrar algo que te sacie. Si vas con prisa y no planeas pasar horas en un restaurante, encontrarás máquinas expendedoras de comida, muy típicas de la ciudad. Están repartidas por todo Ámsterdam y funcionan las 24 horas del día.
¿Buscas una buena zona para comer bien? Te recomendamos especialmente la plaza Spui. Situada en pleno centro, esta encantadora plaza alberga varios restaurantes muy acogedores.

Cada barrio de Ámsterdam tiene su propio ambiente. Si quieres vivir al estilo neerlandés, el barrio Jordaan te encantará. Está lleno de viviendas tradicionales con mucho encanto y transmite una atmósfera tranquila y agradable.
¿Vienes a Ámsterdam para disfrutar de su vida nocturna? Entonces el barrio de Leidseplein es ideal para ti. Allí encontrarás hoteles, hostales, bares, clubes y artistas callejeros animando las calles.
Y si lo tuyo son los museos, el Barrio de los Museos es verde, elegante y lleno de galerías que vale la pena visitar.

Si vas a viajar a Ámsterdam, debes saber que el coche no es la opción más práctica. Lo mejor es el tren, ya que la Estación Central está en pleno centro de la ciudad. Llegarás fácilmente a tu alojamiento para dejar las maletas.
Y nada más salir de la estación, te encontrarás con un lugar mágico: el edificio en sí es precioso, y lo mismo puede decirse del resto del barrio.
Desde París, solo necesitas 3 horas y media en tren para llegar a la capital neerlandesa. Si prefieres volar, llegarás al aeropuerto de Ámsterdam Schiphol, situado en las afueras. Desde allí, puedes tomar un tren directo a la Estación Central.

Ámsterdam es una ciudad pionera en ecología. Desde hace años, la bicicleta es el medio de transporte por excelencia.
Ámsterdam y las bicis van de la mano. El centro es de difícil acceso en coche, así que lo mejor es pedalear a lo largo de los canales, respirar aire puro y, con suerte, quedar atrapado en un simpático atasco… de bicicletas.
Si te quedas por el centro, también puedes recorrerlo todo a pie. Es un auténtico placer: como una búsqueda del tesoro descubriendo la ciudad paso a paso.
También puedes usar el transporte público: el metro, con cinco líneas, y el tranvía, son muy eficientes.

En un fin de semana podrás disfrutar de muchos de los museos que ofrece Ámsterdam. Alquila una bicicleta y aprovecha sus numerosas ciclovías para moverte con libertad.
Visita el Museo Van Gogh o el Rijksmuseum, con su impresionante arquitectura.
Más allá de sus parques y museos, déjate llevar por la tranquilidad del barrio Jordaan. Tómate tu tiempo, siéntate en una terraza y disfruta de un buen café.
Explora los distintos barrios: el famoso Barrio Rojo o el encantador barrio de los canales, ideal para un paseo romántico. Caminando entre canales y calles adoquinadas, vivirás Ámsterdam al máximo.

El aeropuerto de Ámsterdam Schiphol se encuentra a 17,5 km del centro de la ciudad. Varios trenes salen desde la Estación Central y cubren el trayecto en solo 16 minutos.
Si tomas un vuelo temprano, lo más recomendable es alojarte cerca del aeropuerto la noche anterior para evitar el estrés de última hora.
Encontrarás muchas opciones de alojamiento en la zona, con una amplia oferta de hoteles. Y si no encuentras otra alternativa, siempre puedes pasar la noche en el vestíbulo del aeropuerto.

Sal del encantador marco urbano de Ámsterdam y aventúrate a descubrir los tesoros de sus alrededores. ¡No necesitas horas de viaje!
A solo media hora se encuentra uno de los castillos más populares de los Países Bajos: el castillo de Haar, cerca de Utrecht.
Utrecht es una ciudad muy apreciada por quienes ya la han visitado, y mucho menos turística que Ámsterdam.
Este imponente castillo fue construido entre los siglos XIX y XX por el famoso arquitecto neerlandés Pierre Cuypers, también autor del Rijksmuseum y de la Estación Central.
Si tienes la oportunidad de visitar Utrecht, ¡no lo dudes ni un segundo!

Puedes visitar Ámsterdam perfectamente en 2, 3 o 4 días, todo depende de tu ritmo de viaje.
Si eres del tipo que quiere ver lo máximo posible en poco tiempo, 2 días pueden bastar.
Pero si prefieres impregnarte del estilo de vida local, relajarte y no ir con prisas, lo ideal es tomarte 3 o 4 días para disfrutarla con calma.

El clima en la capital neerlandesa puede ser algo caprichoso. Llueve una media de 260 días al año (¡más que en Brest, en Francia!).
Pero no te preocupes, también puedes disfrutar de Ámsterdam bajo la lluvia.
Visita alguno de sus muchos museos y galerías de arte, o prueba especialidades locales en el Foodhallen, un gran hangar con puestos de todo tipo, desde comida tradicional hasta food trucks.
Es un sitio acogedor y animado que vale la pena visitar cuando el tiempo no acompaña.
También puedes asistir a un concierto. Ámsterdam tiene varias salas de espectáculos, entre ellas el Concertgebouw, la sala más emblemática del país, construida en el siglo XIX. Es un lugar impresionante.

En Ámsterdam encontrarás muchos lugares originales donde comprar recuerdos, como los típicos bulbos de tulipán.
Más que ir a grandes centros comerciales, te recomendamos explorar las pequeñas callejuelas del centro.
Una zona muy popular es De Negen Straatjes (“Las Nueve Calles”), ideal para los amantes de las tiendas vintage y los hallazgos únicos.
¿Prefieres el lujo? Entonces dirígete a la calle P.C. Hooftstraat, muy cerca del parque Vondelpark.

Para disfrutar de un fin de semana en familia en la capital neerlandesa, hay varias actividades imprescindibles.
No puede faltar la visita a alguno de sus museos más conocidos, como el Rijksmuseum o el Museo Van Gogh.
Si el tiempo lo permite (¡crucemos los dedos!), no te pierdas el Vondelpark. Este enorme parque de 45 hectáreas es perfecto para descansar, tomar algo en sus cafeterías o incluso asistir a representaciones teatrales. También cuenta con una zona de juegos para los más pequeños.
Y si el clima no acompaña, siempre puedes recorrer los distintos barrios de la ciudad, como el encantador Jordaan.

Ámsterdam es una ciudad muy romántica. Sus canales interminables, los paseos en bici, las casas de colores, las calles adoquinadas y las miles de flores crean un ambiente ideal para visitar en pareja.
No por nada se la conoce como la “Venecia del Norte”. Y como en otras ciudades con canales, podrás hacer un crucero de una hora o más para descubrirla desde el agua.
Otra idea: alquilar un tándem para pedalear juntos por la ciudad y compartir una experiencia divertida.
El barrio Jordaan es perfecto para las parejas: tranquilo, lleno de tiendas vintage y con muchísimo encanto. Pasear por sus calles o tomar un café junto al canal hará que el tiempo se detenga.

Ámsterdam es una ciudad bastante accesible para personas en silla de ruedas.
Los autobuses y el metro están bien adaptados, aunque algunos tranvías antiguos todavía no permiten el acceso. En ese caso, solo hay que esperar al siguiente.
¿Te preguntas si es posible visitar Ámsterdam con movilidad reducida? ¡La respuesta es sí!
Los museos más importantes de la ciudad están preparados para recibir a todos los visitantes. En muchos de ellos, además, la entrada para el acompañante de una persona en silla de ruedas es gratuita.
¿El único inconveniente? Algunas tiendas del centro: son pequeñas y los pasillos pueden resultar algo estrechos.