Torre Perret

Aquí estás frente al edificio más visible de Amiens, junto con la catedral, por supuesto. Con sus 110 metros de altura, la Torre Perret puede verse desde 10 km a la redonda. Cuando se terminó de construir, se consideraba el rascacielos más alto de Francia, ¡y de toda Europa Occidental! Pero veamos su historia desde el principio. La construcción de la torre comenzó en 1949, en el contexto de la posguerra. Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos edificios de la ciudad habían sido destruidos, y era imperativo reconstruirlos rápidamente. Se eligió el hormigón armado como material, ya que era asequible, muy resistente y totalmente hermético; podía soportar el mal tiempo, las catástrofes naturales y los incendios. Además, facilitaba el diseño de edificios de cualquier forma. La torre lleva el nombre de Auguste Perret, uno de los primeros arquitectos especializados en hormigón armado. Fue el responsable de la remodelación de la plaza que había aquí, y decidió diseñar una torre de hormigón de más de 100 metros de altura, la primera de este tipo en Francia. Terminada en 3 años, se considera una verdadera innovación arquitectónica, e incluso el rascacielos más alto de Europa. En su momento, tenía 104 metros de altura y 29 plantas. En un principio estaba destinado a viviendas, pero los habitantes de Amiens no lo veían con buenos ojos, en parte por los elevados precios anunciados y en parte por su arquitectura, que evidentemente no contaba con una aprobación unánime. En aquella época, Auguste Perret era un arquitecto bastante controvertido, incluso denigrado por otros arquitectos que no apoyaban la utilizacion del concreto. Por estas razones, la torre estuvo abandonada durante varios años, e incluso se planteó demolerla. Sólo 7 años después de terminada la construcción, un arquitecto de Estados Unidos decidió comprarla y convertirla en pisos y oficinas. Finalmente se inauguró en 1960, y 15 años después fue declarado Monumento Histórico. Da un paso atrás y admira la torre: tiene tres secciones diferentes. La primera parte, de 19 plantas, es un clásico edificio cuadrado. Encima, los cinco pisos siguientes están diseñados en forma de polígono, en contraste con la primera sección. En la parte superior, se instala una nueva sección cuadrada. Asimismo, hay un cubo de cristal, colocado en lo alto del edificio, que ilumina la torre cuando cae la noche. Aunque sigue habiendo división de opiniones sobre la belleza de esta torre, no deja de ser uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Detrás de ti está la estación de Amiens, también reconstruida en el marco de este gran proyecto de Auguste Perret. Sin embargo, Perret no llegó a ver realizadas las obras, que comenzaron en 1955, un año después de su muerte. Inaugurada en 1958, esta nueva estación completa el conjunto arquitectónico construido en esta zona, gran símbolo de la modernidad y de la reconstrucción posguerra, de una ciudad que supo reconstruirse tras daños traumáticos.