Circo de Julio Verne

Delante de ti se alza un asombroso edificio de gran importancia aquí. Es uno de los últimos circos macizos que quedan en pie en Europa. Estos edificios se construyeron gradualmente en las ciudades francesas durante el siglo XIX, para proporcionar un lugar fijo y cubierto a los espectáculos circenses, que antes se representaban regularmente en lugares temporales. El que tienes delante fue construido por Emile Ricquier, arquitecto jefe del departamento de Somme en aquella época. Inspirado en el Circo de Invierno de París, fue diseñado para albergar a más de 3.000 espectadores, que incluso podían presenciar espectáculos ecuestres. Inaugurado en 1889 por el propio Julio Verne, que entonces era concejal de la ciudad, desde entonces ha acogido espectáculos regulares para mostrar las artes circenses y callejeras, tanto contemporáneas como tradicionales. A pesar de las numerosas amenazas de demolición a lo largo del siglo XX, este auténtico centro cultural se mantuvo firme y permaneció abierto, mientras la mayoría de los demás circos franceses desaparecían. Incluso sobrevivió a los bombardeos de la guerra. Hoy, el circo cuenta con 1.650 asientos circulares de terciopelo rojo, tras las renovaciones de principios de la década de 2000. Fue entonces cuando el circo adoptó el nombre de Julio Verne. Sigue ofreciendo espectáculos circenses, incluidos espectáculos ecuestres, así como conciertos y todo tipo de actuaciones. Aquí también se celebra en verano el Festival Anual de Artes Callejeras. Creado en 1978, este acontecimiento de tres días reúne un gran número de espectáculos en el circo y por toda la ciudad. En cualquier caso, el edificio ante el que estás fue declarado Monumento Histórico en 1975.