Plaza Portal de Elche

Es una plaza pequeña, llena del encanto que nos gusta. ¿Será por su quiosco de música del siglo XIX, por sus mesitas que invitan a sentarse y tomarse un tiempo o por sus enormes ficus centenarios que nos ofrecen una merecida sombra? Sin duda, es una combinación de las tres lo que ha convertido a la Plaza Portal de Elche en uno de los lugares más emblemáticos de Alicante. Sin embargo, antes de transformarse en un pequeño rincón del paraíso, la plaza recibía el sobrenombre de plaza de las Horcas, porque en ella se ahorcaba a los condenados. En 1811 se prohibió en España la muerte en la horca. Uno podría alegrarse, pero en realidad fue sustituida por algo aún más horrible, llamado garrote vil, implantado por José Bonaparte, cuyo hermano emperador le había hecho Rey de España. Si te da curiosidad y no te asustan los instrumentos de tortura, debes saber que el garrote es un método de pena capital en el que se estrangula al condenado con un collar de hierro colocado en el respaldo de una silla. Este instrumento, conocido desde la Antigüedad, se utilizó hasta 1974 en España, cuando finalmente se abolió este castigo al final del franquismo. Perdón por la pequeña dosis de tortura. De todos modos, en 1869, la plaza de las Horcas se convirtió en el Portal de Elche, ya que de aquí partía la carretera hacia la vecina ciudad de Elche. Aquí se construyó un estanque que se convirtió en un importante punto de abastecimiento de agua y de reunión de los habitantes. Dependiendo de la época, también era conocida como la Plaza del Rey Fernando VII, la Plaza de la Constitución y, durante el franquismo, la Plaza del Generalísimo. El quiosco que se ve hoy es una reconstrucción del que fue demolido en 1970.