Vista panorámica y la leyenda del Cara del Moro

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visitar Alicante, ¡La ciudad del sol!
Bajando por el Parque de la Ereta hasta el casco antiguo, disfrutarás de unas magníficas vistas panorámicas de la bahía de Alicante. Hay muchos balcones y miradores a lo largo del camino, así que tómate tu tiempo y por supuesto, saca buenas fotos. Y mientras admiras las vistas que tienes ante tus narices, aprovecho para contarte la leyenda de la cara del moro alicantino, la famosa figura del moro. Por moro nos referimos al nombre dado durante la Antigüedad a los bereberes del norte de África. La leyenda se desarrolla en la época musulmana, en esta fortaleza donde vivían un gobernador árabe y su suntuosamente bella hija. La bella muchacha no quería casarse, por lo que su padre organizó una recepción con todos los pretendientes aceptables del reino. Pero entre ellos había un joven cristiano que, para colmo, era hijo del archienemigo del padre de Zahara. Como en todo buen drama, los jóvenes amantes prohibidos se enamoran perdidamente y planean escapar para vivir felices escondidos. Pero antes de que puedan poner en marcha su plan, el joven es detenido y condenado a muerte. La joven, desesperada, se niega a comer y beber. Tanto es así que su padre le ofrece un trato. Le dice que si al día siguiente todas las laderas del Benacantil aparecen vestidas de blanco, él perdonará a su amado y autorizará su unión. Pero si no, ella tendría que someterse a su voluntad y casarse con un príncipe árabe. Zahara no tiene más remedio que aceptar y rezar para que empiece a nevar en este pueblo donde ni siquiera llueve. Al día siguiente, Zahara no puede creer lo que ven sus ojos cuando descubre que la naturaleza se ha puesto de su parte y que su querida Alicante está cubierta de blanco, no por la nieve, sino por los almendros en flor. Corrió hacia su padre, solo para descubrir en el camino el cuerpo sin vida de su prometido esposo. Su padre había roto su promesa. Angustiada y enloquecida por el dolor, se arrojó desde la cima del monte Benacantil. Su padre, invadido por el remordimiento y la tristeza, comenzó a rezar a Alá y a rogarle que lo castigara por su acto. Fue entonces cuando el hombre se convirtió en piedra, y su rostro quedó para siempre frente a la ladera por la que se había arrojado su hija, un recordatorio de que lo que se promete debe cumplirse.

Découvrez Alicante avec l’application navaway®
Une navigation interactive à travers les plus belles rues, places et quartiers
17 audioguides ludiques avec commentaires historiques, anecdotes et quelques mystères
Comentarios