26 lieux d'intérêt à découvrir pour visiter Albi en un día
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Si decidiste viajar por Francia, ¿por qué no darle una oportunidad a Albi? A las puertas del campo, situada a orillas del Tarn, la ciudad occitana demuestra un poder de seducción y una conexión a la historia, que nos atrapa inmediatamente. Durante el día una paleta de colores pinta sus muros de ladrillos: rosa claro por la mañana, naranja intenso durante el día y rojo fuego cuando se pone el sol. Su ciudad Episcopal es una de las más famosas del mundo, donde ocupan un lugar de honor el imponente palacio de Berbie y su vecina, la catedral. Pero además de este notable patrimonio medieval, la ciudad cuenta con otros lugares imprescindibles. Mansiones privadas, casas con entramado de madera bien conservadas, museos dedicados a importantes personalidades… nos detendremos aquí para no revelar demasiado. Cálida, intemporal e inspiradora, todo ello en un bello entorno natural, Albi es una experiencia para vivir y unos recuerdos para toda la vida.
La Plaza del Vigan, cariñosamente conocida como el “ombligo de Albi”, no da la impresión de ser un lugar relativamente antiguo. Y, sin embargo, ¡lo es! En la época romana, aquí mismo había hornos de cerámica, bajo el gran café Pontié, del que se dice que es el más antiguo de los cafés de Albi.
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Más clásico, pero no por ello menos interesante que el Gran teatro de los Cordeliers, el Teatro municipal de los Lices es uno de los emblemas culturales más fuertes de la ciudad. Su innegable elegancia lleva el sello de los incansables esfuerzos que llevaron a su creación en este sitio hace dos siglos.
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Esta mansión, que data de 1530, perteneció durante muchos años a la familia Reynès. Es decir, una de las familias albigenses más importantes del siglo XVI. La familia Reynès, enriquecida inicialmente con el comercio de telas y más tarde con el de jabón,
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Te encuentras ante una de las atracciones más emblemáticas de la ciudad, que data del siglo XVI. Al contemplar la Maison Enjalbert, es difícil permanecer indiferente ante su aspecto. Su alternancia de madera y ladrillo, bellamente ejecutada, nos regala un sublime decorado que cambia
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Toulouse, Lavaur y Albi forman un buen trío occitano. ¿Sabes qué tienen en común además de pertenecer a la misma región occitana? Te lo diré: las tres son antiguas dinastías de fabricantes del pigmento pastel. Entre los siglos XV y XVI, Albi se convirtió en la reina internacional del comercio de la hierba pastel. Era capaz de producir grandes cantidades,
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¡Qué podemos decir, aparte de darte la bienvenida a un refugio de paz! En este entorno silencioso, donde se mezclan patrimonio y biodiversidad, necesitamos tu ojo de lince y atención para descifrar algunos detalles y seguirnos la corriente. Empecemos por esta galería sur, una de las dos únicas partes que quedan del claustro de la colegiata de Saint-Salvi,
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A dos pasos de la catedral de Sainte-Cécile, la colegiata de Saint-Salvi pasa discretamente a un segundo plano. Sin embargo, esta también atesora años de historia y tesoros patrimoniales a montones. Contemplarla y visitarla, es sobre todo descubrir la iglesia más antigua de Albi. Y no es para menos.
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Si buscas un lugar donde la gastronomía y patrimonio estén de la mano, ¡has llegado al lugar adecuado! Esta zona comercial, ya en uso en la época medieval, fue elegida como futura ubicación del mercado cubierto de alimentación, en 1860. En 1902, el arquitecto Thierry Bourdois y
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En la orilla opuesta del río, el barrio de La Madeleine parece bastante grande. Pero es solo una ilusión óptica, porque en realidad es el barrio más pequeño de Albi. Tímidamente unido a la ciudad en sus inicios, este antiguo suburbio se desarrolló realmente gracias a un acontecimiento importante en
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Desde la orilla derecha del Tarn, conforman la primera imagen que tenemos del barrio de La Madeleine. Hablamos, por supuesto, de los edificios de ladrillo con ventanas redondeadas que en su día formaron la fábrica de fideos de Albi, comúnmente conocidos como los “Molinos albingeses”.
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Ya nos imaginamos tus ojos brillando ante este magnífico mirador. Por algo décimos que una imagen vale más que mil palabras. Desde aquí, te sorprenderá la impresionante belleza de Albi, cuya firma arquitectónica es, por supuesto, este manto medieval de ladrillo. Rojo, rosa u ocre,
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Una estatua, una casa y ahora un museo con su nombre, si nunca has oído hablar de Jean-François de Galaup, conde de Lapérouse, ya es hora de que lo hagas. En Albi, no nos cansamos de rendir homenaje a este joven marino apasionado que las aguas del mundo transformaron en un célebre navegante francés.
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Presentando el Pont-Vieux, el segundo puente que une las dos orillas del río Tarn y, como su nombre lo indica, uno de los puentes medievales más antiguos aún en servicio en Francia. En la Edad Media, con el desarrollo urbano y el importante crecimiento del comercio en Albi,
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Triunfante sobre una superficie de 20 hectáreas y singular con sus construcciones de mampostería de ladrillo local, la Ciudad Episcopal de Albi es un verdadero espectáculo para la vista de los visitantes cuando se adentran en la “Ciudad Roja”. Presentada como un conjunto arquitectónico, especialmente medieval y único en Europa,
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Entre los innumerables tesoros patrimoniales que ofrece Albi, guardarás un buen recuerdo de su impresionante catedral y de su imponente Palacio de Berbie, del cual aquí tienes una vista perfecta en ángulo bajo. La ciudad debe gran parte de sus orígenes a estos dos edificios. En el siglo XIII,
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¿Quién podrá acceder en unos segundos a uno de los lugares más mágicos de Albi? ¡Tienes suerte, eres tú! Pero para ello, tendrás que bajar estos pocos escalones y girar a la izquierda hasta llegar a una terraza panorámica. Con vistas al río Tarn, ahora podrás contemplar un cuadro de gran belleza.
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El recorrido por Albi continúa fuera de la vista y del ruido. Es cierto que no se encuentra en la zona más animada de la ciudad, pero a veces es aventurándose fuera de los caminos habituales como se llega a estos lugares casi secretos. Esta pequeña plaza, donde el tiempo parece haberse detenido,
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Formado por unas pocas calles, el barrio de Castelviel, que se extiende al oeste de la catedral Sainte-Cécile, tiene el gran honor de ser la cuna de la ciudad desde la protohistoria. Es decir, desde el periodo entre el descubrimiento de la metalurgia y el de la escritura. Así pues, si detrás de cada uno de estos ladrillos
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¿Tienes la impresión de que te alejas del centro y de sus tesoros? Tranquilo, ¡no hay por qué alarmarse! No tienes más remedio que hacer este pequeño desvío para descubrir uno de los lugares más encantadores de la ciudad. ¡Y lo digo en serio! Allí, al final de este pequeño callejón sin salida,
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Con aires de fortaleza, aquí tienes la gran catedral de Albi. En cifras, mide 113 metros de largo, 35 de ancho y 78 de alto. Sí, es mucha superficie. Y, con estas dimensiones XXL, estamos ante la catedral de ladrillo más grande del mundo. El estilo dominante es el gótico meridional.
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La casa del viejo Alby es sin duda uno de los principales símbolos del centro histórico de la ciudad. Al pasear por los callejones de Castelnau, llama inmediatamente la atención sus fachadas de ladrillo y entramado de madera, tan características de la época medieval.
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Descubrir el patrimonio de Albi también significa contar las historias de aquellos que han contribuido al carácter excepcional de estos lugares y atracciones, agrupados en nuestro itinerario turístico. Por ejemplo, aquí, frente a esta casa más bien ordinaria, vamos a hablarte de un albigense realmente especial.
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Aunque la mayoría de ustedes visitará Albi simplemente para descubrir la diversidad de su patrimonio, para otros es una oportunidad de planear un pequeño recorrido por uno de los artistas franceses más famosos del siglo XIX. Henri de Toulouse-Lautrec, para ser exactos.
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"Sencillo y grandioso" era la indicación para el arquitecto del memorial de guerra de Albi, que está a tu derecha. Y así fue. Con su antigua estructura del Arco del Triunfo, que se dice costó cerca de 280.000 francos, el edificio se ve desde lejos. Pero no sólo sorprende su tamaño.
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Es aquí, a medio camino entre el centro histórico y la universidad, donde la ciudad de Albi ha creado un auténtico barrio cultural desde finales de los años noventa. Su nombre no es otro que barrio de los Cordeliers. Con una superficie de 3,2 hectáreas, cuenta con una mediateca, un cine y, sobre todo,
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Mirando a lo lejos, telescopio en la mano derecha, mapa y mástil roto en la izquierda, incluso en bronce, Jean-François Galaup, el conde de Lapérouse, no ha perdido nada del porte del increíble individuo que fue y que sigue siendo homenajeado con orgullo en Albi, más que en ninguna otra parte.
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26 audioguides ludiques avec commentaires historiques, anecdotes et quelques mystères
Construimos nuestros circuitos en forma de bucle para que puedas iniciar fácilmente la visita en el punto más cercano a ti, la guía se adaptará automáticamente. Si estás cerca, te aconsejamos un punto de partida ideal: Orilla derecha del Pont Vieux, en dirección al centro histórico de Albi.
Estacionamiento recomendado
Estacionamiento en la plaza Coronel Arnaud Beltrame
Aunque Albi ofrece una amplia gama de opciones de estacionamiento en superficie, algunas de ellas gratuitas, desde 2014 la ciudad experimenta con el estacionamiento para residentes en parte de su centro histórico. Se trata de la zona ubicada entre Lices Pompidou, el bulevar Soult y el bulevar Montebello. Si no tienes una tarjeta de residentes, no podrás estacionar tu coche allí.
Información sobre la visita
Durante esta visita, te llevaremos a los jardines del Palacio de la Berbie. Para evitar sorpresas desagradables de última hora, este lugar está sujeto a horarios de apertura y cierre. Sin embargo, si el lugar ya está cerrado en el momento de tu visita, podrás retomar fácilmente el itinerario, sin tener que dar rodeos, por la rue de la Temporalité.
¿Tienes más tiempo?
Como nos encanta consentir a nuestros albigenses por un día, aquí tiene otras actividades que no querrás perderte.
Paseos por la naturaleza
¿Qué sería de nuestra visita sin un poco de naturaleza? Primero tenemos el parque de Rochegude, que originalmente era propiedad privada de un rico almirante quien, a su muerte, lo donó a Albi. El parque, de 4 hectáreas, está dividido en diferentes secciones: un hotel renacentista, hoy convertido en biblioteca municipal, jardines franceses e ingleses, una isla de pájaros, etc. ¡Hay tantas cosas por hacer en este lugar emblemático de Albi, es una verdadera obra maestra de la botánica!
El centro recreativo de Pratgraussals es otro lugar ideal para disfrutar del aire libre. A orillas del Tarn, más de 13 hectáreas de terreno están disponibles para relajarse, jugar, hacer ejercicio, ir de pícnic e incluso pescar en un pequeño lago. ¡Siéntete en plena naturaleza, a solo 700 metros de la catedral de Sainte-Cécile!
¿De repente quieres combinar deporte y un entorno verde? L’Échappée verte no puede faltar en tus planes. Situado en un ecosistema preservado y mantenido, este sendero urbano de 4 km ofrece 3 tramos de recorridos más o menos complejos. Es la oportunidad perfecta para dar un paseo relajante y señalizado, directamente accesible desde los pies del Palacio de la Berbie.
A bordo de mi barco
Para los que no quieran complicarse demasiado, ¿por qué no probar un paseo en barco por el río Tarn? Durante el día existen numerosas salidas desde las orillas, entre las 11.00 y las 18.00 horas. Además, el viaje se realiza a bordo de una gabarra, embarcación tradicional de suelo plano utilizada antiguamente para el transporte de mercancías. Ya sean 45 min, 1h30, 2h, tú decides cuánto tiempo necesitas para apreciar la Ciudad Episcopal desde otro ángulo.
Un pequeño recorrido por los alrededores
Albi ya te conquistó, pero ¿te gustaría embarcarte hacia otras maravillas occitanas? No hay problema. A solo veinte minutos en auto se encuentra Gaillac, situado en el corazón de los viñedos de la Gaillac con la certificación francesa de denominación de origen controlada, complacerá a todos los amantes del vino. Y a 25 o 35 minutos en coche de Albi, también encontraras Cordes-sur-Ciel, una villa reconocida como Grand Site Occitanie, al igual que Castelnau-de-Montmiral y Monesties, dos pueblos clasificados entre los más bellos de Francia, que te llevarán a paisajes medievales incomparables.
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