Plaza del Mariscal Foch

Generalmente conocida como la plaza de las palmeras, la plaza del Mariscal Foch se creó a principios del siglo XIX como punto de comienzo del suburbio que conducía a la antigua ciudad genovesa. Sobre la plaza, con vistas al mar, se alza la estatua de Napoleón, custodiada por una fuente con cuatro leones tumbados. La estatua de mármol de Napoleón en calidad de primer cónsul fue realizada por el escultor italiano Laboureur. Adquirida por el cardenal Fesch y cedida a la ciudad tras su fallecimiento, la estatua fue dotada de un pedestal grabado con alegorías y se inauguró el 5 de mayo de 1850 con motivo del aniversario de la muerte del emperador. Con su mármol blanco, su cielo azul, sus palmeras y sus coloridas fachadas, esta plaza ofrece una bonita imagen digna de cuadro. Tampoco olvides admirar la fachada del ayuntamiento, un poco más abajo a tu izquierda. Esta hermosa casa cuadrada fue construida a principios del siglo XIX. Es famosa por su salón de actos, decorado con frescos del pintor de Ajaccio, Jérôme Maglioli, que ha pasado a ser un auténtico museo en honor a la familia Bonaparte. La entrada es de pago y te permitirá descubrir numerosos retratos de la familia imperial, así como varias obras legadas por el príncipe Jerónimo Napoleón en 1897. Los frescos del salón se renovaron en la década de 1940 y posteriormente en 1969 se añadió una magnífica lámpara de cristal de Bohemia, regalo de Checoslovaquia para celebrar el bicentenario del nacimiento de Napoleón I.