Los antiguos molinos de Aix-les-Bains

Estás en la subida de los Molinos, un lugar cargado de historia que revela un aspecto poco conocido del pasado de Aix-les-Bains. Bajo tus pies fluye un arroyo invisible, testigo de un pasado fascinante. En 1739, tras un gran incendio que arrasó la ciudad, las autoridades desviaron el arroyo de la Chaudanne, que corría demasiado cerca de las valiosas fuentes termales.

Este nuevo cauce, llamado “arroyo de los Molinos”, dio vida a cuatro molinos construidos por el marqués de Aix: los “molinos blancos”, dedicados a convertir el trigo en harina, y los “molinos marrones”, que prensaban las nueces para obtener aceite. Estos molinos funcionaban solo entre tres y cuatro meses al año, cuando el caudal de agua era suficiente, en una época en la que Aix apenas contaba con mil habitantes. En el siglo XIX, con la industrialización, estas modestas instalaciones quedaron obsoletas y fueron sustituidas por grandes estructuras modernas.

En 1894, dentro del proyecto de transformación de Aix en una prestigiosa estación termal, el arroyo fue completamente canalizado bajo tierra y los últimos molinos desaparecieron. La subida que recorres hoy fue remodelada en 1933, incorporando las escaleras y barandillas actuales.

Los restos que ves ante ti son los últimos testigos visibles de aquella etapa industrial, y solo algunos nombres de calles conservan hoy la memoria de esos molinos que alimentaban a la población local.