Termas Sextius

Si hay algo que caracteriza a la ciudad de Aix en Provence es el agua. La ciudad es famosa por sus aguas termales desde la antigüedad. Te encuentras ante las termas Sextius, un moderno complejo que combina balneoterapia, spa, masajes, curas termales y, sobre todo, bienestar. Si tienes la suerte de entrar para disfrutar de un momento de relajación, te darás cuenta de que la decoración está inspirada en las termas romanas, como recuerdo de la extensa historia del lugar. En efecto, la reputación de la ciudad como balneario se remonta a la Antigüedad, cuando sus numerosos manantiales dieron lugar a la instalación de un centenar de fuentes en sus calles. Su nombre, Aix, procede de la palabra Aquae, que significa agua en latín. Fue el general romano Cayo Sextio quien encontró aquí por primera vez un lugar con agua caliente y fría. Entonces decidió fundar una ciudad llamada Aquae Sextiae, lo que viene a ser las aguas de Sextio, en el año 122 a.C. Las primeras termas se construyeron en el siglo I d.C., justo en el lugar que ves ante ti. En respuesta a la creciente necesidad de agua, se construyeron varios acueductos alrededor de la ciudad. Estos acueductos proporcionaban la cantidad de agua necesaria para el consumo de los habitantes, pero también para el mantenimiento de la ciudad y sus villas, y para abastecer las fuentes y las termas. Pero con el final de la época romana y la propagación del cristianismo, los balnearios dejaron de tolerarse y las termas fueron destruidas y enterradas para eliminar todo rastro de esta costumbre, que se había convertido en un signo de libertinaje para las autoridades públicas. A lo largo de su historia, la ciudad sufrió numerosas invasiones que la llevaron a construir un enorme recinto fortificado para protegerse. Entonces, los acueductos ya no pudieron abastecerla de agua. Por eso, a lo largo de los siglos, construyó cada vez más pozos, tanto públicos como privados, con el objetivo de sobrevivir a los diversos asedios que sufrió. El agua también se utilizaba para apagar los incendios, que eran muchos en una época en que la mayoría de los edificios eran de madera. Más tarde, el agua se utilizaría para mantener el buen funcionamiento de las actividades de la ciudad, desde el cardado de la lana hasta el curtido y el teñido. No fue hasta principios del siglo XVIII cuando se descubrieron por casualidad las antiguas termas, tras retirar los escombros de una casa y una fuente termal. Enseguida quedó claro que se trataba de termas públicas, debido a su tamaño. Entonces se construyó un nuevo edificio en el mismo lugar, el que estás viendo ahora, que asumió las funciones originales de termas accesibles al público en general. Los beneficios de las aguas de Aix fueron ampliamente aclamados y la ciudad recuperó rápidamente su reputación de ciudad termal. Hoy en día, las termas de Sextius son un auténtico centro de fitness y bienestar, ideal para aquellos que deseen disfrutar de un momento de relajación en la ciudad apodada: “La ciudad de las mil fuentes”. Ahora ya sabes por qué el agua es un elemento especial e imprescindible en la ciudad de Aix en Provence.