Emile Zola

A tu derecha hay una pequeña calle que a primera vista no tiene nada de especial, pero es uno de los lugares donde vivió el célebre dramaturgo Emile Zola. Por si no lo sabías este gran escritor fue uno de los mejores amigos de Paul Cézanne, uno de los más grandes pintores del arte moderno. Emile Zola nació en París en 1840. Y Paul Cézanne nació en 1839. Tenían casi la misma edad cuando Zola se trasladó a Aix en Provence con sus padres en 1843, a la edad de 3 años. Su padre, François Zola, ingeniero de obras públicas, fue destinado a la ciudad provenzal para construir un sistema de suministro de agua potable procedente de la famosa montaña Sainte Victoire. Ya en la escuela secundaria entabló amistad con el futuro pintor, con quien solía pasear por la montaña. Ambos mantuvieron el contacto durante toda su vida. Desde muy joven, Emile se apasionó por la literatura y escribió su primera novela en sexto curso. Tras suspender el bachillerato, pasó un largo periodo en inactividad, hasta que consiguió entrar en contacto con el famoso editor Louis Hachette, con quien trabajó durante 4 años antes de publicar su primer libro, ” Cuentos a Ninon”, con la editorial Hetzel. A continuación escribió artículos para varios periódicos, forjando poco a poco su reputación y demostrando su compromiso con la literatura y la política. Se convirtió en el verdadero representante del naturalismo, el movimiento literario que consiste en describir la realidad tal y como es, sin idealizar las cosas y basándose en una amplia documentación. Un movimiento, que como habrás deducido, tendía a denunciar los fallos de la sociedad y la política sin censuras. Emile Zola, por ejemplo, es conocido por su implicación en el “caso Dreyfus”, del que se habló tanto, pero mucho antes ya había empezado a denunciar los fallos del Segundo Imperio. De hecho, fue el tema principal de su colección de 20 novelas, conocidas como “Los Rougon Macquart”, entre ellas la famosa “Germinal”. Incluso fue condenado a un año de prisión a raíz de su carta “Yo acuso”, dirigida al Presidente de la República Félix Faure, en la que denunciaba abiertamente el error judicial del gobierno y el antisemitismo que le había llevado a condenar a un inocente. Su impacto en Francia y en el resto del mundo convirtió a Zola en uno de los autores más influyentes. Hasta aquí una pequeña digresión literaria sobre un personaje al que no se le conoce vínculo alguno con la ciudad, pero que vivió aquí varios años. Continuemos nuestro camino hasta el Pavillon de Vendôme.