Visitar Aigues-Mortes: 8 etapas imprescindibles

La Camargue et Aigues Mortes

Enclavada en el corazón de la Camarga Gardoise, Aigues-Mortes se erige como una joya medieval perfectamente conservada. Esta ciudad fortificada, fundada por San Luis en el siglo XIII, transporta instantáneamente a la época de las Cruzadas, con sus imponentes murallas que rodean la ciudad a lo largo de más de 1,6 kilómetros. Con su excepcional patrimonio histórico y sus impresionantes paisajes de Camarga, visitar Aigues-Mortes promete una escapada memorable en la que historia, cultura y naturaleza se dan la mano. Desde las salinas teñidas de rosa hasta las calles adoquinadas del centro histórico, cada rincón de esta ciudad única cuenta una historia fascinante.

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1. Explorar las murallas medievales de Aigues-Mortes

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Las murallas de Aigues-Mortes son la atracción estrella de la ciudad y ofrecen una experiencia inolvidable. Construidas en el siglo XIII bajo el reinado de San Luis, estas fortificaciones excepcionalmente bien conservadas se extienden a lo largo de 1.640 metros e incluyen no menos de veinte torres defensivas. Un paseo por las murallas le transportará literalmente a la Edad Media, con espectaculares vistas de la Camarga a cada paso.

Desde lo alto de estas murallas, podrá contemplar una vista ininterrumpida de las marismas de color rosado que se extienden hasta donde alcanza la vista al sur de la ciudad. En los días despejados, el Mediterráneo brilla en el horizonte. El acceso a las murallas se realiza desde la Tour de Constance, y hay varias formas de visitarlas: visita autoguiada con audioguía, visita guiada comentada o visitas temáticas organizadas periódicamente. Tómese una hora y media para completar el recorrido, admirando el paisaje y empapándose de la atmósfera única de este monumento histórico protegido.

Una visita a los Tours et Remparts d’Aigues-Mortes (Place Anatole France, 30220 Aigues-Mortes, con una puntuación de 4,5/5 en Google sobre 2.900 opiniones) es una excelente manera de comprender el ingenio de la defensa medieval.

2. Descubra la Torre de Constanza, testigo de la historia

tour constance

La Tour de Constance domina majestuosamente el ángulo noroeste de las murallas de Aigues-Mortes. Esta impresionante estructura cilíndrica de 22 metros de diámetro y 40 metros de altura fue utilizada sucesivamente como torre del homenaje real, faro y prisión. Fue precisamente su función de prisión la que dejó huella en la historia de Francia: muchos protestantes fueron encarcelados aquí tras la revocación del Edicto de Nantes en 1685.

La historia más conmovedora es la de Marie Durand, encarcelada durante 38 años en esta torre por su fe protestante. En las paredes de la sala de los guardias, aún se puede ver la palabra “resistir” grabada en piedra, un testimonio conmovedor de la determinación de los prisioneros hugonotes. La visita de la torre le llevará por varias salas abovedadas antes de llegar a la terraza de la cima, que ofrece una panorámica de 360 grados absolutamente impresionante de la ciudad fortificada, la Camarga y los lagos circundantes.

No deje de explorar todos los niveles de esta emblemática torre cuando la visite. Las exposiciones permanentes recorren la fascinante historia de este monumento, que simboliza tanto el poder real como la resistencia religiosa.

3. Paseo por la plaza Saint-Louis, corazón histórico de la ciudad

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La plaza Saint-Louis ha sido el corazón palpitante de Aigues-Mortes desde su fundación. Esta elegante explanada debe su nombre al rey Luis IX, conocido como San Luis, que fundó la ciudad en 1240. Rodeada de coloridas fachadas típicamente mediterráneas, acogedoras terrazas y tiendas de artesanía, es la perfecta encarnación del arte de vivir en el Sur de Francia.

En el centro de la plaza se alza orgullosa la estatua ecuestre de San Luis, obra del escultor James Pradier, inaugurada en 1849. Este monumento rinde homenaje al rey cruzado que hizo de Aigues-Mortes el puerto de embarque de sus dos cruzadas a Tierra Santa. Alrededor de la plaza, descubrirá varios edificios notables, como la capilla de los Penitentes Blancos y la capilla de los Penitentes Grises, testigos de la intensa vida religiosa que animaba la ciudad.

En esta plaza también se encuentra la Oficina de Turismo de Aigues-Mortes (Place Saint-Louis, 30220 Aigues-Mortes, con una puntuación de 4,2/5 en Google y unas 150 opiniones), el punto de partida ideal para organizar su visita del día. Los numerosos cafés y restaurantes instalados bajo los soportales invitan a hacer una agradable pausa mientras se contempla el ballet de los visitantes. La plaza Saint-Louis está especialmente animada a primera hora de la tarde, cuando la luz dorada del atardecer sublima las fachadas ocres y las terrazas se llenan de turistas y lugareños que han venido a disfrutar del suave clima mediterráneo.

4. Admirar la iglesia de Notre-Dame-des-Sablons

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La iglesia de Notre-Dame-des-Sablons es una visita obligada en Aigues-Mortes. Construida en el siglo XIII a instancias de San Luis para acompañar la fundación de la ciudad, esta iglesia ha sobrevivido al paso de los siglos y ha vivido una agitada historia. Su arquitectura gótica meridional, caracterizada por la sobriedad cisterciense, contrasta con el esplendor habitual de las iglesias de la época.

El edificio toma su nombre de las arenas movedizas sobre las que se construyó, todo un desafío arquitectónico para su época. A lo largo de los siglos, la iglesia sufrió numerosos daños: saqueada por los protestantes en 1575, perdió su campanario, que se derrumbó en 1634, y fue convertida en almacén de sal durante la Revolución Francesa. No fue hasta el siglo XIX cuando volvió a utilizarse como iglesia, antes de ser completamente restaurada en la década de 1960.

En el interior, no se pierda las magníficas vidrieras contemporáneas creadas en 1991 por los artistas Claude Viallat y Bernard Dhonneur. Estas modernas creaciones añaden un toque de color y luz que realza la austeridad de los muros de piedra. La iglesia también alberga varias obras de arte religioso y un notable órgano. Situada en el centro de la ciudad, justo al lado de la plaza Saint-Louis, la Église Notre-Dame-des-Sablons (Rue Jean Jaurès, 30220 Aigues-Mortes, con una puntuación de 4,4/5 en Google gracias a unas 120 opiniones) bien merece una visita, tanto si es creyente como si simplemente es un amante de la arquitectura y la historia.

5. Explorar las salinas de Aigues-Mortes y sus lagunas rosadas

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Las salinas de Aigues-Mortes son un espectáculo natural absolutamente fascinante y una de las experiencias más memorables de su estancia. Estas vastas extensiones de agua, con tonalidades que van del rosa caramelo al rojo intenso, se extienden por más de 10.000 hectáreas a las afueras de la ciudad medieval. Esta extraordinaria coloración procede de una microalga, la Dunaliella salina, que crece en aguas muy saladas y produce betacaroteno para protegerse del sol.

Existen varias opciones para descubrir este paraje único. El pequeño tren turístico es la opción familiar más clásica, que le llevará al corazón de las salinas con comentarios informativos sobre la producción de sal y la biodiversidad local. Los más deportistas pueden optar por un paseo en bicicleta por las pistas que atraviesan las salinas, mientras que los amantes de las emociones fuertes pueden optar por un safari en 4×4. Sea cual sea la opción elegida, le sorprenderán los paisajes surrealistas de las camelles (montañas de sal blanca de varios metros de altura) y la riqueza ornitológica del lugar.

Las marismas albergan más de 200 especies de aves, entre ellas el famoso flamenco rosa, que ha establecido su hogar en estas aguas poco profundas y ricas en alimento. La primavera y el verano ofrecen las mejores condiciones para observar a miles de estas elegantes aves zancudas. El yacimiento de Salins d’Aigues-Mortes (Route du Grau-du-Roi, 30220 Aigues-Mortes, clasificado 4,1/5 en Google por más de 4.500 opiniones) cuenta también con un museo dedicado a la sal, donde podrá conocer la historia milenaria de esta explotación y el oficio de salinero.

6. Visita de las capillas de los Penitentes Grises y Blancos

chapelle penitent gris

Aigues-Mortes alberga dos capillas notables que dan testimonio del fervor religioso que animaba la ciudad en los siglos XVI y XVII. La capilla de los Penitentes Grises, construida en el siglo XIV sobre los cimientos de un antiguo convento, es uno de los edificios religiosos más antiguos del Gard. Esta cofradía de laicos se dedicaba a obras de caridad y a la guía espiritual de los fieles. El edificio, que ha sido restaurado en numerosas ocasiones desde su destrucción en las Guerras de Religión, conserva algunos elementos arquitectónicos preciosos, entre ellos un retablo barroco de Jean Sabatier.

La capilla de los Penitentes Blancos tiene un carácter más suntuoso. Construida en 1668 a raíz de una escisión en el seno de la cofradía de los Penitentes Grises, presenta un estilo marcadamente barroco con sus decoraciones ricamente ornamentadas. El interior alberga un tesoro artístico excepcional: un gran cuadro de Xavier Sigalon que representa Pentecostés, visible detrás del altar mayor. Esta obra monumental ilustra perfectamente el talento de este artista regional del siglo XIX.

Las dos capillas escaparon por poco al vandalismo revolucionario y fueron transformadas en edificios civiles antes de volver a su vocación religiosa en el siglo XIX. Hoy en día, acogen regularmente exposiciones temporales y conciertos, perpetuando su papel de animados lugares culturales. La Chapelle des Pénitents Griss (Rue de la République, 30220 Aigues-Mortes) y la Chapelle des Pénitents Blancs (Place Saint-Louis, 30220 Aigues-Mortes, valorada 4,5/5 en Google por unas 80 opiniones) pueden visitarse habitualmente en el marco de visitas guiadas organizadas por la Oficina de Turismo, una excelente manera de comprender la compleja historia religiosa de la ciudad.

7. Deguste las especialidades culinarias de Aigues-Mortes

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Una visita a Aigues-Mortes no estaría completa sin un descubrimiento gastronómico de sus especialidades regionales. La ciudad cuenta con un terruño excepcional, entre la Camarga y el Mediterráneo, que ofrece unos productos únicos. La estrella indiscutible de la mesa local es la fougasse d’Aigues-Mortes, un brioche blando y dorado delicadamente aromatizado con azahar. Este dulce tradicional puede tomarse en el desayuno o como merienda, y varias pastelerías tradicionales siguen elaborando la receta tradicional.

El arroz de Camarga, cultivado en los arrozales de los alrededores desde la Edad Media, es el acompañamiento perfecto de muchos platos locales. Un plato imprescindible es la gardiane de taureau, un guiso cocinado a fuego lento con carne de toro de Camarga, aceitunas negras y vino tinto, que tradicionalmente se sirve con arroz. A los amantes de la carne también les encantarán las salchichas y terrinas de carne de toro, tan sabrosas como saludables.

La sal de Aigues-Mortes, recolectada en las salinas vecinas, merece una mención especial. Esta sal marina tradicional, rica en magnesio y oligoelementos, se presenta en diversas variedades: flor de sal, sal gris, sal rosa… Los comercios especializados también venden sales aromatizadas con hierbas provenzales o pimiento de Espelette, perfectas como souvenir gourmet. En cuanto a los vinos, los viñedos de los Sables de Camargue producen vinos IGP de carácter, en particular los rosados únicos gris de gris, cultivados en la arena. Los numerosos restaurantes que bordean la plaza Saint-Louis o se esconden en las callejuelas medievales le permitirán saborear estas delicias mientras disfruta del ambiente único de la ciudad fortificada.

8. Navegar por los canales de la Camarga

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Para terminar de descubrir Aigues-Mortes con estilo, no se pierda un crucero por los canales de la Camarga. Con salida del puerto deportivo de Aigues-Mortes, varias empresas ofrecen paseos en barco que le llevarán por los paisajes salvajes y vírgenes de la Petite Camargue gardoise. Estos paseos fluviales, que suelen durar dos horas, ofrecen una vista única de la región y permiten acercarse a la fauna local en su hábitat natural.

Por el camino, navegará entre estanques, marismas y cañaverales, avistando garzas reales, garcetas, flamencos rosas e incluso castores europeos si tiene suerte. La mayoría de las excursiones incluyen una parada en una manada tradicional, donde podrá ver a los toros de Camarga en semilibertad y los caballos blancos emblemáticos de la región. Los entusiastas guías comparten sus conocimientos sobre el frágil ecosistema de la Camarga, las tradiciones taurinas y la fascinante historia de estas tierras anfibias moldeadas por el hombre desde la antigüedad.

Si busca más independencia, varias empresas de alquiler ofrecen barcos sin licencia, que le permiten explorar los canales a su ritmo. Esta opción es especialmente popular entre familias y grupos de amigos que buscan una aventura más personal. Los cruceros al atardecer ofrecen momentos mágicos, cuando la luz rasante tiñe el paisaje de dorado y púrpura. Varias compañías operan desde el puerto deportivo de Aigues-Mortes (Quai des Croisades, 30220 Aigues-Mortes), y las salidas son frecuentes de marzo a octubre. Recuerde reservar en temporada alta, especialmente durante los meses de verano. En conclusión, Aigues-Mortes es un destino excepcional que combina armoniosamente patrimonio histórico y maravillas naturales. Con sus murallas medievales perfectamente conservadas, su Torre de Constanza cargada de historia, sus salinas de colores increíbles y sus deliciosas tradiciones culinarias, la ciudad ofrece una rica y variada gama de experiencias. Cada callejón y cada monumento relatan un trozo de la historia de Francia, mientras que los paisajes de la Camarga que la rodean invitan a contemplar y descubrir la naturaleza salvaje. Ya sea un aficionado a la historia, un amante de los bellos paisajes, un gastrónomo curioso o simplemente busque un cambio de aires en el Sur de Francia, Aigues-Mortes le conquistará por su autenticidad y su encanto intemporal. Para aprovechar al máximo su estancia, no dude en seguir el itinerario de la audioguía Navaway, que enriquecerá enormemente su experiencia de esta perla de la Camarga del Gard.

FAQ : Todo lo que necesita saber para visitar Aigues-Mortes

¿Cuál es la mejor época para visitar Aigues-Mortes?

La primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre) son las épocas ideales para visitar Aigues-Mortes. Las temperaturas son agradables, el número de turistas moderado y es la mejor época para contemplar las salinas rosas en todo su esplendor. El verano ofrece la ventaja de largos días soleados y mucha diversión, pero el calor puede ser intenso y las aglomeraciones masivas. El invierno es más tranquilo, lo que permite disfrutar de la ciudad en un ambiente apacible, aunque algunas atracciones tienen horarios de apertura reducidos.

¿Cuánto tiempo se tarda en visitar Aigues-Mortes?

Un día completo le permitirá descubrir cómodamente los principales lugares de Aigues-Mortes: dedique 2 horas a recorrer las murallas y visitar la Torre de Constance, 1 hora y media a pasear por el centro histórico y visitar las iglesias y capillas, y de 2 a 3 horas a la excursión a las salinas. Si además desea hacer un crucero por los canales y disfrutar de los restaurantes, prevea dos días o incluso un fin de semana completo para explorar la Camarga sin prisas.

¿Dónde puedo aparcar en Aigues-Mortes?

Varios aparcamientos de pago rodean la ciudad medieval, entre ellos el de la Porte de la Gardette (el más cercano al centro), el de Anatole France y el de Remparts. Los precios varían en función de la temporada y la duración de la estancia, pero el precio diario oscila entre 5 y 8 euros. En temporada alta, llegue temprano por la mañana para encontrar sitio fácilmente. En verano, hay autobuses gratuitos entre algunos aparcamientos periféricos y el centro de la ciudad. El aparcamiento está estrictamente regulado en el casco antiguo para preservar su patrimonio.

¿Se puede visitar Aigues-Mortes con niños?

Aigues-Mortes es un destino muy familiar. Por lo general, a los niños les encanta explorar las murallas medievales y subir a la Torre de Constanza, sintiéndose como auténticos caballeros. También les fascinan las salinas y los flamencos rosas. Muchos restaurantes ofrecen menús infantiles, y las calles peatonales del centro son un lugar seguro para pasear. Tenga en cuenta, sin embargo, que el recorrido completo de las murallas puede resultar agotador para los niños muy pequeños. Lleve agua y gorra en verano, y no dude en hacer descansos regulares.

¿Qué especialidades puede traerse de Aigues-Mortes?

Entre los souvenirs gastronómicos imprescindibles figuran la fougasse d’Aigues-Mortes (se consume fresca o en forma de galletas), la sal de Camarga en todas sus variantes (flor de sal, sal rosa, sales aromatizadas), los vinos de Sables de Camargue (especialmente los rosados gris de gris), los productos derivados del toro de Camarga (salchichas, terrinas), el arroz de Camarga en sus distintas variedades y los productos artesanales elaborados con hierbas provenzales. Las tiendas del centro de la ciudad también están repletas de artesanía local, jabones naturales y cosméticos elaborados con sal de Camarga.

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