El mercado Saint-François

Al servicio de la buena gastronomía en Quimper, el nombre del mercado Saint-François aparece casi siempre en boca de todos. Y no es para menos: aquí se reúnen toda la convivialidad de la ciudad y la calidad de los productos locales y de los alrededores. Pero además, conviene decir que los mercados Saint-François son también un lugar histórico, con nada menos que 176 primaveras a sus espaldas.

Fue en la década de 1840 cuando el ayuntamiento decidió instalar un mercado cubierto en pleno centro de la ciudad. El lugar ideal, amplio y bien situado, se encontró rápidamente en los muelles del Steïr. Antes de comenzar las obras, hubo que deshacerse de algunas ruinas del antiguo convento de los Cordeliers, fundado aquí en el siglo XIII.

Inaugurados hacia 1845 y esperados con impaciencia por los quimperenses, el mercado Saint-François se integró enseguida entre los puntos clave de la vida social local. El apego de la población es tal que, cuando un incendio lo destruyó en 1976, el drama fue colectivo. Pero para no alterar demasiado los hábitos de los vecinos, un nuevo mercado se levantó tan solo tres años después: los mismos que siguen funcionando hoy.

Inspirada en las antiguas estructuras comerciales de la región, la arquitectura del edificio recuerda al casco de un barco. Pero vamos, si venimos aquí, no es precisamente para hablar de arquitectura, sino para abastecernos bien. De lunes a domingo ,y especialmente los sábados, día fuerte del mercado, los comerciantes te esperan con sus puestos coloridos, llenos de productos frescos, variados y de gran calidad. Y claro, es el mejor momento para picar algo.

Algo envejecidos, eso sí, los mercados Saint-François tienen ya fecha de renovación e incluso de mudanza: serán trasladados a la plaza de la Providence, con luz verde para las obras en 2026.