El antiguo Hotel del León de oro

Con su entramado de madera y su vistosa colección de platos de loza en la fachada, sería difícil pasar por alto este rincón tan emblemático de Quimper. A simple vista, parece una tienda de recuerdos —y lo es—, pero su historia va mucho más allá. Si te parece, hagamos un pequeño viaje al pasado.

Bajo el Antiguo Régimen, las posadas llamadas “León de oro” eran bastante comunes en las distintas regiones de Francia, y Quimper no fue la excepción. En el siglo XVIII, entre la docena de hoteles que tenía la ciudad, uno llevaba ese nombre. Primero estaba cerca de la puerta Médard, luego se trasladó al palacio episcopal hacia 1792. En aquel entonces, el establecimiento presumía de haber alojado a personajes distinguidos como el Emperador de Alemania o el duque de Chartres.

Pero en 1809, cuando el antiguo obispado fue vendido al departamento, el hotel tuvo que mudarse una vez más. Esta vez, apenas unos metros más allá: justo aquí, en la esquina de la plaza Saint-Corentin. Durante el siglo XIX, el hotel diversificó su actividad organizando relevos de diligencias, y pasó por las manos de ocho propietarios distintos. En 1939, se convirtió en anexo del famoso Hotel de la Espada, situado en la calle del Parque, hoy ya desaparecido.

Y en 1947, comenzó una nueva etapa: Alphonse Breton lo compró y lo transformó en una tienda de cuadros, acuarelas y dibujos. Poco a poco, se fueron sumando artículos de loza, muebles, cristalería… hasta convertirse en lo que es hoy: la tienda “L’Art de Cornouaille”. Desde hace tres generaciones sigue en manos de la misma familia, y se ha convertido en un verdadero escaparate del arte local en torno a la loza de Quimper y otros productos regionales.

Un lugar imprescindible si estás buscando un recuerdo bonito, ya sea para ti o para regalar. Y no te preocupes: hay opciones para todos los bolsillos.