Casa natal de Max Jacob
Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visita Quimper, La majestuosa capital de Cornualles
Si alguna vez se dijo que alguien “nació para Bretaña”, ese alguien fue sin duda Max Jacob, porque fue en Quimper donde realmente comenzó su historia. ¿Y quién era Max Jacob? Novelista, poeta, ensayista y pintor contemporáneo francés, a menudo descrito como el más famoso de los desconocidos.
Nació en 1876 en el seno de una familia judía no practicante y creció en los muelles del Odet, entre la encantadora casa familiar y el taller de costura de su abuelo, en el número 8 de la rue du Parc.
De salud delicada, destacó pronto en los estudios y se apasionó por la lectura, la música y la pintura. Tres pasiones intensas, demasiado bohemias para su entorno, que lo empujaron directamente hacia París alrededor de 1900. Fue en el barrio de Montmartre donde este habitante de Quimper se relacionó con figuras clave de la vanguardia artística como Braque, Apollinaire, Matisse, Modigliani y, sobre todo, Picasso, que se convirtió en uno de sus grandes amigos.
Hacia 1909, tras una experiencia espiritual que lo marcó profundamente, Max Jacob se convirtió al cristianismo y se lanzó a escribir y a dibujar con una energía desbordante. En 1917 publicó su obra poética más conocida, El cubilete de dados. Alternando entre la pluma y el pincel, exploró numerosos géneros y mantuvo siempre una carrera pictórica paralela.
Tras la guerra y la muerte de su madre, regresó a menudo a Quimper, Bénodet y Tréboul, antes de retirarse definitivamente a la abadía de Saint-Benoît-sur-Loire a finales de los años treinta. Con la ocupación nazi, su condición de judío lo convirtió en blanco de humillaciones y persecuciones.
En 1944, con 68 años, fue arrestado por la Gestapo y deportado al campo de Drancy. A pesar de los intentos de liberarlo por parte de amigos como Jean Cocteau, murió tan solo dos semanas después de su detención. La casa de su infancia y el antiguo taller de sus padres, saqueados en 1941 y abandonados durante mucho tiempo, son hoy un restaurante. No dudes en entrar en el patio si te apetece echar un vistazo más de cerca.
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