Plaza del Portalet

Pequeña y encantadora, la plaza del Portalet se encuentra justo en la confluencia de varias calles del centro de Hyères. Con sus casitas de tonos pastel y sus terrazas a ambos lados, desprende ese aire típicamente provenzal que invita a hacer una pausa.

Esta plaza marca en realidad la transición entre dos mundos: por un lado, el casco antiguo, que acabas de empezar a recorrer, y por el otro, la ciudad nueva, más reciente, que queda detrás de ti.

El territorio de Hyères ha estado habitado desde la Prehistoria, y a lo largo de su historia ha acogido a los griegos, en el siglo IV a.C., y más tarde a los romanos. Pero es en el siglo XI cuando nace una verdadera ciudad fortificada, dominada por un castillo medieval cuyas ruinas todavía pueden verse hoy.

Ya en el Renacimiento, Hyères comienza a atraer visitantes seducidos por su clima y su cercanía al mar. Con el paso del tiempo, y sobre todo en el siglo XIX, se convierte en un destino de descanso muy popular entre la élite burguesa, que impulsa la creación de nuevos barrios con elegantes villas y grandes hoteles. Así nace la ciudad nueva, con edificios de estilo neoclásico, refinado y elegantes, que contrasta con el trazado medieval del casco antiguo, lleno de callejuelas empedradas y estrechas.

Hoy en día, Hyères combina estos dos estilos con naturalidad, mostrando tanto su historia como su evolución, y ofreciendo a quienes la visitan una imagen rica y variada de lo que ha sido, y sigue siendo, una de las joyas de la Riviera Francesa.