Castillo de Hyères

Caminas aquí sobre ruinas que tienen más de diez siglos de historia. El castillo de Hyères fue construido en el siglo XI por los señores de Fos, sobre un promontorio rocoso perfecto para vigilar los alrededores, conocido como la colina del Casteou.

Aunque fue desmantelado en 1620 por orden de Luis XIII, las ruinas que tienes ante ti aún permiten imaginar la imponente arquitectura militar de la época medieval. En su época de esplendor, este castillo era uno de los más grandes de toda Provenza y acogió a personajes ilustres: en el siglo XIII, Carlos I de Anjou, conde de Provenza, se instaló aquí y mandó ampliarlo.

Bajo su impulso, Hyères se convirtió en una de las ciudades más influyentes de la región, incluso antes que Tolón. Más tarde, el castillo pasó a manos de la Corona francesa, pero fue gravemente dañado durante las guerras de religión entre católicos y protestantes. Para poner fin a los combates, el rey ordenó su destrucción total en el siglo XVII. A pesar de ello, un siglo más tarde, cuando los aristócratas comenzaron a llegar en masa a Hyères para pasar el invierno, las ruinas se convirtieron en un lugar de visita muy de moda.

En esa época, el gusto por las ruinas fascinaba a los viajeros, y por aquí pasaron figuras tan célebres como Victor Hugo, George Sand, Alexandre Dumas e incluso la reina Victoria, cuya presencia impulsó aún más la reputación de la ciudad. Hoy en día, el castillo sigue siendo EL monumento por excelencia de Hyères, no solo por su valor histórico, que permite remontarse a las raíces de la ciudad, sino también por las vistas privilegiadas que ofrece: desde aquí puedes contemplar el centro histórico, el mar y las islas de Oro que se perfilan en el horizonte.

También es el mejor lugar para observar desde las alturas la moderna arquitectura de la villa Noailles. Recorre con calma la colina y las ruinas para no perderte ningún rincón de este lugar cargado de historia y disfrutar al máximo de sus magníficos panoramas.