Los fosos del Castillo de Sant’Angelo

Desde aquí, recorriendo los fosos del recinto del Castillo Sant’Angelo, te darás cuenta de que este está situado en el corazón de una ciudadela. Como hemos visto, fue el emperador Adriano quien, en el siglo II d.C., hizo construir un mausoleo a su gloria, rodeado de un hermoso jardín cuadrado. En la cima del monumento, en ese tiemo el más alto de la ciudad, se erigía una estatua monumental del emperador, representado bajo la apariencia del dios del sol Helios. Pero en 270 d.C., los Godos amenazaron Roma, y Marco Aurelio, entonces jefe del Imperio, ordenó una nueva fortificación, que incluía el sólido y poderoso mausoleo de Adriano como parte de su estructura. Gracias a su función defensiva, este monumento pagano se salvó de ser desmantelado por los cristianos. En la Edad Media, el mausoleo se convirtió en una fortaleza con torres, almenas y aspilleras. Más tarde, se ampliaron sus cimientos, se añadieron bastiones de artillería, se cavó un foso a su alrededor y se instaló una puerta equipada con un puente levadizo. Esta fortaleza, último refugio de los Papas en caso de peligro en el Vaticano, fue utilizada en numerosas ocasiones. Uno de los episodios más famosos fue sin duda el asedio de Roma por Carlos V en 1527. El Papa Clemente VII pudo escapar, pero casi todos los guardias suizos que protegían la catedral de San Pedro fueron asesinados, y la población de la ciudad, brutalmente saqueada, se redujo a una quinta parte. El castillo empezó a tomar el aspecto definitivo de palacio a finales del siglo XVI, tras diversas modificaciones realizadas primero por el Papa Pablo III y luego por sus sucesores. En 1871 pasó a ser propiedad del ejército italiano y en el siglo XX fue objeto de una profunda renovación, pero poco queda ya de su estructura original. No obstante, si decides visitarlo, descubrirás cinco niveles diferentes. En el nivel 1, encontrarás los restos del mausoleo; en el nivel 2, la prisión y las salas de tortura donde se encerraba a los enemigos de la Cristiandad; en el nivel 3, encontrarás las cámaras papales y la colección de armas; y en el nivel 4, el piso papal, magníficamente decorado. El 5º y último nivel abre las puertas a la terraza superior, que ofrece una vista panorámica sobre Roma y el Tíber.