Biblioteca nacional

Aquí a tu izquierda, está la biblioteca nacional de Río. Su arquitectura ecléctica, que combina elementos neoclásicos y arte moderno, es realmente impresionante. Esto se debe al hecho de que la biblioteca nacional de Río es la guardiana de la memoria de Brasil. Guarda un ejemplar de cada libro producido en el país desde su fundación. Incluso en la actualidad sigue en vigor el decreto sobre el depósito legal. Esto significa que debe donarse a la biblioteca una muestra de cada libro impreso en Brasil. Su historia se remonta a la llegada de la familia real portuguesa a la nueva capital del imperio colonial. Unos cincuenta años antes, el terremoto de Lisboa había provocado un incendio que redujo a cenizas la biblioteca real. El rey José I encargó una nueva colección de libros. Fue esta colección la que la corte portuguesa decidió llevar consigo a Brasil, probablemente para protegerla de los ataques franceses, ya que Portugal se encontraba entonces bajo la invasión napoleónica. Hicieron falta tres viajes entre 1810 y 1811 para traer la colección de más de 60.000 obras. Sin embargo, en Río no había ningún edificio lo bastante grande para albergar esta valiosa colección. Primero se alojó en la planta de un hospital, luego en un palacio, pero la colección creció tanto que un siglo después, en 1905, se construyó por fin una gran y hermosa biblioteca. Con una colección de más de 9 millones de documentos, es una de las mayores bibliotecas del continente americano y la más importante de América Latina. Posee numerosos documentos de gran valor, manuscritos, mapas, dibujos, partituras y fotografías, así como libros raros, los primeros libros impresos del Brasil colonial y la colección de la antigua Biblioteca Real portuguesa. Esta colección ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el registro de la Memoria del Mundo. Si tienes curiosidad y quieres descubrir el interior, que se parece mucho a un museo, la mejor forma de hacerlo es realizando una de las visitas guiadas gratuitas y multilingües que se ofrecen. Para ello, dirígete a la recepción del vestíbulo principal. Por supuesto, también puedes visitarla por ti mismo, ya que las bibliotecas están, en principio, abiertas al público.