Los pueblos más bonitos para descubrir en Saboya
El departamento de Saboya, en la región francesa de Auvernia-Ródano-Alpes, es famoso por sus estaciones de esquí, sus lagos cristalinos y sus vistas panorámicas de los Alpes. Pero eso no es todo lo que ofrece Savoie. Escondidos entre montañas y valles, encontrará pueblos con un encanto increíble, llenos de carácter e historia. Cada pueblo tiene su propio atractivo, ya sea su arquitectura medieval bien conservada, sus espectaculares vistas de las cumbres alpinas o su sabrosa cocina local. He aquí una selección de los pueblos más bonitos para descubrir en su próxima visita a Saboya.
1. Bonneval-sur-Arc, uno de los pueblos más bonitos de Francia
Considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia, Bonneval-sur-Arc es una auténtica inmersión en el pasado. Con sus casas de piedra cubiertas de lacería y sus callejuelas estrechas, este pintoresco pueblo da la impresión de haberse quedado congelado en el tiempo. En invierno, el pueblo se convierte en un auténtico paraíso para los amantes de la nieve, con sus cuidadas pistas de esquí y sus impresionantes paisajes nevados. En verano, senderistas y ciclistas pueden disfrutar de la belleza natural de la región, con sus verdes prados, arroyos cristalinos y majestuosos picos.
Además de sus impresionantes paisajes, Bonneval-sur-Arc también tiene una rica historia que descubrir. El pueblo alberga una iglesia barroca del siglo XVII, Sainte-Marie-Madeleine, que merece una visita por sus coloridos frescos y su campanario de toba. Además, el Museo de Etnografía y Arqueología de Bonneval-sur-Arc ofrece una fascinante visión de la vida tradicional en los Alpes en siglos pasados.
2. Chanaz, la Venecia canalizada de Saboya
A orillas del canal de Savières se encuentra el encantador pueblo de Chanaz. Conocida como la “Venecia saboyana”, Chanaz es famosa por sus casas con entramado de madera que bordean el canal, sus estrechas calles adoquinadas y las coloridas flores que adornan sus balcones. Un paseo en barco por el canal es una de las mejores maneras de descubrir la belleza de este pueblo. También se ofrecen visitas guiadas que permiten conocer mejor la historia y la cultura de este pequeño municipio.
Chanaz también es conocido por su molino de aceite, que produce aceite de nuez siguiendo un método tradicional. Se puede visitar el molino, aprender cómo se produce el aceite e incluso comprar una botella para llevar a casa. El pueblo también alberga varios talleres artesanales, donde podrá ver trabajar a alfareros, pintores y ebanistas.
3. Granier, una escapada soleada en las laderas de la Tarentaise
Situado en las soleadas laderas de la Tarentaise, Granier es un pequeño pueblo con impresionantes vistas sobre el valle y las cumbres circundantes. El pueblo es un punto de partida ideal para practicar senderismo por las montañas y bosques de la región. En invierno, se puede practicar esquí de fondo y alpino en las estaciones cercanas.
Granier también es famoso por su tradición vinícola. El pueblo alberga varios viñedos, donde podrá degustar vinos locales como Mondeuse y Persan. Los viticultores estarán encantados de compartir con usted su pasión por la viticultura y su amor por la tierra. No se pierda la oportunidad de probar la cocina local en uno de los restaurantes del pueblo, donde podrá degustar platos tradicionales de Saboya preparados con ingredientes locales.
4. Conflans, la joya medieval de Albertville
Conflans, a las afueras de Albertville, es un pueblo medieval que ha sabido conservar su encanto de antaño. Con sus calles empedradas, sus casas con entramado de madera y sus murallas, Conflans parece haber salido directamente de un cuento de hadas. El pueblo es famoso por sus monumentos históricos, como el castillo Manuel de Locatel, que ofrece vistas panorámicas del valle del Arly y las montañas circundantes.
Pasee por las callejuelas de Conflans y encontrará numerosas tiendas de artesanía, galerías de arte y talleres. El pueblo también es famoso por sus restaurantes, donde podrá degustar platos tradicionales saboyanos acompañados de vinos locales. No se pierda la Maison Rouge, un museo de arte e historia que recorre la historia de la región a través de fascinantes exposiciones.
5. Hauteluce, entre tradición y autenticidad
Hauteluce es un pueblo auténtico enclavado en el corazón de las montañas de Saboya. Con sus chalets tradicionales de madera, sus calles empedradas y su iglesia barroca, Hauteluce encarna la esencia misma de la arquitectura alpina. El pueblo está rodeado de exuberantes praderas verdes y densos bosques, que ofrecen numerosas oportunidades para practicar senderismo y ciclismo.
En invierno, Hauteluce se convierte en una animada estación de esquí, con acceso directo al enorme dominio esquiable de Les Saisies. En verano, el pueblo es un punto de partida ideal para practicar senderismo por las montañas y bosques de la región. Hauteluce también es conocido por su patrimonio cultural, con varios monumentos históricos y lugares de culto que visitar, como la iglesia de Saint-Jacques, del siglo XVIII, y el antiguo horno de pan, que aún hoy se utiliza para hornear pan tradicional.
6. Beaufort, una escapada al corazón de los verdes pastos de montaña
Enclavado en el corazón de los verdes pastos de montaña, Beaufort es un pintoresco pueblo famoso por su famoso queso, el Beaufort. La agricultura y la ganadería están en el centro de la vida local, y se pueden ver vacas pastando tranquilamente en los prados de los alrededores. El pueblo también está rodeado de majestuosas montañas, que ofrecen muchas oportunidades para practicar senderismo y ciclismo.
Beaufort también es rico en historia y cultura. El pueblo alberga la iglesia de Saint-François de Sales, una joya de la arquitectura barroca, así como varias capillas y cruces de misión. Si visitas la Cooperativa Lechera de Beaufort, podrás saber más sobre la producción del queso de Beaufort, degustar este delicioso queso e incluso comprar una rueda para llevártela a casa.
7. Aussois, encanto rústico al pie de la Vanoise
Situado a los pies del Parque Nacional de la Vanoise, Aussois es un pueblo auténtico que ha sabido conservar su encanto y su carácter rústico. Con sus chalets de madera de montaña, sus calles empedradas y su iglesia barroca, Aussois es un remanso de paz. El pueblo ofrece impresionantes vistas de los picos de la Vanoise y los glaciares circundantes.
Aussois es también un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes. En invierno, el pueblo ofrece acceso directo a una amplia zona de esquí, con pistas para todos los niveles. En verano, podrá explorar el Parque Nacional de la Vanoise, con sus rutas de senderismo, lagos alpinos y una fauna excepcional, como marmotas, rebecos e íbices.
8. Valloire, el refugio soleado en el corazón de los Alpes
Situado a 1.400 metros de altitud, Valloire es un soleado pueblo de montaña con impresionantes vistas de las cumbres de los Alpes. El pueblo es famoso por sus chalés tradicionales de madera, sus calles empedradas y su iglesia barroca, Notre-Dame de l’Assomption, que alberga excepcionales frescos del siglo XVII.
En invierno, Valloire se convierte en una animada estación de esquí, con acceso directo a un vasto dominio esquiable. En verano, el pueblo es un punto de partida ideal para realizar excursiones por las montañas y bosques de la región. Valloire también es conocido por su patrimonio cultural, con varios monumentos históricos y museos que visitar, como el Musée de la vie d’autrefois, que recorre la historia y las tradiciones locales.
9. Flumet, la belleza discreta de Saboya
Flumet es un discreto pueblo enclavado en el corazón de las montañas de Saboya. Con sus tradicionales chalés de madera, su puente medieval y su iglesia gótica, Flumet ha sabido conservar su encanto y autenticidad. El pueblo está rodeado de exuberantes praderas verdes y densos bosques, que ofrecen muchas oportunidades para practicar senderismo y ciclismo.
Flumet es también un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad. En invierno, podrá practicar esquí de fondo y alpino en las estaciones cercanas. En verano, puede explorar el Parque Natural Regional del Massif des Bauges, con sus rutas de senderismo, lagos alpinos y una fauna excepcional.
10. La Compôte en Bauges, el pueblo de los grangettes
Situado en el corazón del Parque Natural Regional del Macizo de Bauges, La Compôte en Bauges es un auténtico pueblo conocido por sus “grangettes”, pequeños graneros de madera típicos de la región. Estos graneros, diseminados por los prados y bosques de los alrededores, añaden un encanto rústico al paisaje.
La Compôte en Bauges es también un paraíso para los amantes de la naturaleza. El pueblo está rodeado de majestuosas montañas, densos bosques y lagos cristalinos, que ofrecen numerosas oportunidades para practicar senderismo, ciclismo y natación. En invierno, podrá disfrutar del esquí de fondo y alpino en las estaciones de esquí cercanas. En verano, no se pierda la oportunidad de degustar los productos locales en el mercado del pueblo, donde podrá descubrir los sabores de Saboya.
Planifique su aventura en Saboya: reserve sus vacaciones en línea
Nunca ha sido tan fácil planificar sus vacaciones en Saboya. Muchos sitios web y aplicaciones móviles le permiten reservar en línea su alojamiento, actividades y comidas. Tanto si busca un acogedor chalé de montaña, una habitación de hotel con vistas a las cumbres o un camping en plena naturaleza, encontrará muchas opciones que se adaptan a sus necesidades y a su presupuesto.
Además, muchas oficinas de turismo locales ofrecen información detallada sobre los pueblos, lugares de interés y actividades de la zona. También puede reservar por Internet visitas guiadas, excursiones de montaña y clases de esquí. No olvide consultar las condiciones meteorológicas y la previsión de nieve antes de partir, para aprovechar al máximo su estancia en Saboya.
Savoie es una tierra de belleza y tradición, donde cada pueblo tiene su propia historia que contar y su propia atmósfera que saborear. Amante de la naturaleza, aficionado a la historia, gastrónomo o deportista, siempre encontrará algo que descubrir y disfrutar en estos bellos pueblos. Haga las maletas y salga a descubrir los tesoros escondidos de Saboya.
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