Los 9 pueblos más bonitos del Beaujolais, tesoros por descubrir
Beaujolais es una región vinícola francesa famosa por sus vinos y sus pintorescos paisajes. Los pueblos que salpican la región son tesoros por descubrir y explorar. En este artículo, le invitamos a descubrir los 9 pueblos más bonitos del Beaujolais, donde historia, patrimonio y tradiciones se combinan para crear un viaje inolvidable.
1. Oingt, la perla del Beaujolais
Oingt suele considerarse el pueblo más bonito de la región del Beaujolais, y con razón. Encaramado en una colina, ofrece vistas ininterrumpidas de los viñedos y las montañas circundantes. Sus calles empedradas, sus casas de piedra dorada y su iglesia del siglo XII le confieren un encanto innegable. No olvide visitar el Museo de la Música Mecánica, que alberga una colección única de instrumentos antiguos e insólitos.
Paseando por las callejuelas de Oingt, también podrá admirar el castillo, que data del siglo XIII y fue restaurado en el siglo XIX. En la actualidad acoge exposiciones y actos culturales durante todo el año. Una estancia en Oingt es imprescindible para descubrir el patrimonio y la belleza de la región del Beaujolais.
2. Ternand, una escapada medieval en la Ruta del Vino
Ternand es un pueblo medieval situado en la famosa Ruta del Vino de Beaujolais. Su rico patrimonio histórico le transportará en el tiempo, con sus murallas, su iglesia románica y sus casas con entramado de madera. No se pierda una visita a las bodegas del pueblo, donde podrá degustar los vinos locales y aprender más sobre la maestría vinícola de la región.
El pueblo de Ternand también está rodeado de senderos que permiten explorar los paisajes vitícolas y los excepcionales panoramas que ofrece esta parte de la región de Beaujolais. Por último, para los amantes de la historia, los restos del castillo de Ternand, que datan del siglo XI, bien merecen una visita.
3. Beaujeu, capital del Beaujolais
Beaujeu es a menudo llamada la “Capital del Beaujolais” por su papel histórico en el desarrollo de la región vinícola. El pueblo cuenta con un notable patrimonio arquitectónico, que incluye la iglesia de Saint-Nicolas, del siglo XIV, y el Couvent des Cordeliers, un antiguo monasterio fundado en el siglo XIII. Los amantes del arte no querrán perderse el Musée Marius-Audin, que alberga una colección de obras de arte y objetos relacionados con la historia de la región del Beaujolais.
Beaujeu es también la cuna del famoso festival de Sarmentelles, que se celebra cada mes de noviembre para festejar el lanzamiento del Beaujolais Nouveau. Este evento festivo y de convivencia celebra los vinos de Beaujolais, la gastronomía local y la música tradicional.
4. Charnay, típico pueblo de montaña
Charnay es un encantador pueblo encaramado en una colina, con una vista ininterrumpida sobre los viñedos y las montañas de la región de Beaujolais. Sus calles estrechas y empinadas, sus casas de piedra dorada y su iglesia románica del siglo XI confieren a Charnay un ambiente tranquilo y auténtico.
Además, el pueblo está rodeado de senderos, ideales para explorar los paisajes vitícolas y los excepcionales panoramas que ofrece esta parte de la región de Beaujolais. Por último, no olvide visitar la “Maison du Pressoir”, un antiguo lagar del siglo XVI que atestigua el rico pasado vitivinícola de Charnay.
5. Vaux-en-Beaujolais, en el corazón de los viñedos
Vaux-en-Beaujolais es un pintoresco pueblo enclavado en el corazón de los viñedos del Beaujolais. Su patrimonio arquitectónico es típico de la región, con sus casas de piedra dorada y sus calles empedradas. La iglesia de Saint-Blaise, del siglo XIV, es un bello ejemplo de arquitectura gótica.
El pueblo está rodeado de viñedos y bodegas donde podrá degustar los vinos de Beaujolais y aprender más sobre la maestría vinícola de la región. Vaux-en-Beaujolais es también el punto de partida de varias rutas de senderismo, que permiten explorar la campiña vinícola y disfrutar de unas vistas excepcionales de las montañas del Beaujolais.
6. Bagnols, una parada pintoresca que no debe perderse
Bagnols es un encantador y pintoresco pueblo de la región del Beaujolais, con un entorno bucólico y un rico patrimonio arquitectónico. Sus casas de piedra dorada, sus callejuelas llenas de flores y su castillo del siglo XIII son testigos de la historia y las tradiciones de la región.
El pueblo también está rodeado de viñedos y bodegas donde podrá degustar los vinos de Beaujolais y aprender más sobre el saber hacer vitivinícola de la región. No olvide visitar la iglesia de Saint-Maurice, bello ejemplo de arquitectura románica, y pasear por las callejuelas de Bagnols para disfrutar de su ambiente tranquilo y auténtico.
7. Châtillon d’Azergues, la joya del Beaujolais
Châtillon d’Azergues es un pueblo medieval situado en el corazón de la región de Beaujolais, cuyo castillo está considerado el mejor de la región. Construido en el siglo XIII y restaurado en el siglo XIX, el castillo de Azergues es una auténtica obra maestra arquitectónica, con sus torres, murallas y jardines formales.
El pueblo de Châtillon d’Azergues también posee un rico patrimonio arquitectónico, como la iglesia de Saint-Martin, del siglo XI, y los restos de las murallas medievales. Las calles adoquinadas y las casas de piedra dorada confieren a Châtillon d’Azergues un ambiente tranquilo y auténtico, perfecto para explorar y relajarse.
8. Jarnioux, un pueblo excepcional que no debe perderse
Jarnioux es un pueblo de la región de Beaujolais que merece con creces su puesto en este top 9. Destaca su patrimonio arquitectónico, como el castillo de Jarnioux, del siglo XVI, y la iglesia de Saint-Pierre, que alberga frescos del siglo XIII. Las calles empedradas y las casas de piedra dorada confieren a Jarnioux un ambiente auténtico y tranquilo.
El pueblo también está rodeado de viñedos y bodegas donde podrá degustar los vinos de Beaujolais y aprender más sobre la maestría vinícola de la región. Por último, pero no por ello menos importante, Jarnioux está atravesado por varias rutas de senderismo que le permitirán descubrir los paisajes vitícolas y los excepcionales panoramas que ofrece esta parte de la región de Beaujolais.
9. Chessy les Mines, en el corazón del Beaujolais de Pierres Dorées
Chessy les Mines pertenece a la región del “Beaujolais des Pierres Dorées”, que debe su nombre al color característico de sus casas de piedra. El pueblo cuenta con un notable patrimonio arquitectónico, entre el que destacan la iglesia de Saint-Pierre, del siglo XII, y el castillo de Chessy, del siglo XIII.
La campiña vinícola que rodea Chessy les Mines es ideal para practicar senderismo y explorar los viñedos del Beaujolais. También puede visitar las bodegas y degustar los vinos locales, aprendiendo más sobre la maestría vinícola de la región. Por último, no deje de pasear por las calles empedradas de Chessy les Mines, para disfrutar de su ambiente tranquilo y auténtico.
En conclusión, la región del Beaujolais está llena de pueblos pintorescos y encantadores, donde la historia, el patrimonio y las tradiciones se unen para ofrecer un viaje inolvidable. Cada uno de estos 9 pueblos bien merece una visita, así que no dude en explorar estos tesoros del Beaujolais en su próximo viaje a esta magnífica región vinícola francesa.
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