Los 6 pueblos más bonitos de las Ardenas

La región de las Ardenas, en el noreste de Francia, es famosa por sus exuberantes paisajes verdes y sus encantadores pueblos. Déjese tentar por una visita a los seis pueblos más bonitos de las Ardenas, donde podrá descubrir la autenticidad y el encanto de esta región. Cada uno de estos pueblos posee una historia rica y única, así como una arquitectura notable. He aquí nuestra selección de los seis pueblos más bonitos de las Ardenas.

1. El encantador Rocroi

El pueblo de Rocroi, a pocos kilómetros de la frontera belga, es un destino obligado para los amantes de la historia y la arquitectura. Fundado en el siglo XIV, Rocroi es famoso por su forma estrellada y sus impresionantes fortificaciones. Las murallas, construidas bajo el reinado de Luis XV, rodean aún hoy el pueblo y constituyen un marco excepcional para pasear.

Mientras pasea por las calles empedradas de Rocroi, podrá admirar las hermosas casas con entramado de madera y visitar la iglesia gótica de Saint-Nicolas, del siglo XVI. No se pierda el Musée de la Guerre de Rocroi, que cuenta la historia de la famosa Batalla de Rocroi de 1643.

2. Givet, la ciudad verde

Givet, en el extremo norte de las Ardenas, es un pintoresco pueblo enclavado a orillas del Mosa. Rodeada de verdes colinas, Givet es un destino perfecto tanto para los amantes de la naturaleza como para los aficionados a la historia. El pueblo cuenta con una magnífica ciudadela, el Fuerte de Charlemont, construido por Carlos V en el siglo XVI y reforzado por Vauban en el siglo XVII.

Paseando por las calles de Givet, descubrirá encantadoras casas de colores y numerosos comercios que atestiguan el dinamismo del pueblo. No deje de detenerse en la iglesia de Notre-Dame, joya de la arquitectura gótica, y de pasear junto al Mosa para disfrutar del paisaje circundante.

3. Hierges, el pueblo medieval

Hierges es un pequeño pueblo medieval situado en el corazón del Parque Natural Regional de las Ardenas. Catalogado como uno de los Pueblos más Bonitos de Francia, su encanto y su excepcional patrimonio arquitectónico le conquistarán. Dominado por las imponentes ruinas de su castillo fortificado del siglo IX, Hierges es como retroceder en el tiempo.

Paseando por las callejuelas del pueblo, podrá admirar magníficas casas de piedra y notables edificios religiosos, como la iglesia de Saint-Jean-Baptiste y la capilla de Saint-Roch. Para aprovechar al máximo su visita, no deje de pasear por los alrededores y admirar los paisajes ondulados y boscosos que rodean Hierges.

4. Mouzon, la ciudad histórica

El pueblo de Mouzon, a orillas del Mosa, es un destino imprescindible para los amantes de la historia y la cultura. Fundada en el siglo VII, la ciudad cuenta con un rico patrimonio arquitectónico, entre el que destaca la abadía de Saint-Vanne, joya del arte románico y gótico.

Pasee por las calles de Mouzon y descubrirá hermosas casas antiguas, lavaderos y puentes de piedra que atestiguan la historia del pueblo. No deje de visitar el Musée du Feutre, que recorre la historia de la industria lanera de la región, y de pasear junto al Mosa para disfrutar de los bucólicos paisajes que rodean Mouzon.

5. Monthermé, un remanso de naturaleza

Monthermé es un encantador pueblo en el corazón del valle del Mosa, rodeado de bosques y montañas. Con sus espectaculares paisajes y su rico patrimonio arquitectónico, Monthermé es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y de la piedra antigua.

El pueblo cuenta con numerosos edificios notables, como la iglesia de Saint-Léger y el castillo de Linchamp. Pasee por las calles empedradas de Monthermé y deténgase en el mirador de los Quatre Fils Aymon para admirar la vista panorámica sobre el valle. Si le gusta caminar, hay muchos senderos señalizados para explorar los alrededores.

6. Wasigny, el pueblo tranquilo

Wasigny es un tranquilo pueblecito de la campiña de las Ardenas. Esta encantadora aldea goza de un entorno verde y de un patrimonio arquitectónico bien conservado. Rodeado de prados y bosques, Wasigny es un remanso de paz para quienes buscan reponer fuerzas en plena naturaleza.

El pueblo cuenta con edificios notables, como la iglesia de Saint-Martin y el castillo de Wasigny. Paseando por las calles del pueblo, podrá admirar encantadoras casas de piedra y granjas tradicionales. Para aprovechar al máximo su estancia en Wasigny, no dude en explorar los alrededores y pasear por la campiña circundante.

En conclusión, las Ardenas están llenas de pueblos encantadores y pintorescos que bien merecen una visita. Si le apasiona la historia, la arquitectura o simplemente busca un lugar tranquilo donde reponer fuerzas, estos seis pueblos le conquistarán por su autenticidad y belleza. No dude en descubrirlos y disfrutar de sus paisajes y su patrimonio.

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