Los 16 lugares más bonitos de Irlanda

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Irlanda, apodada la Isla Esmeralda, es uno de los destinos más encantadores de Europa. Con exuberantes paisajes verdes hasta donde alcanza la vista, imponentes acantilados azotados por el Atlántico, coloridos pueblos y un patrimonio cultural milenario, Irlanda ofrece una experiencia de viaje única. Tanto si es un entusiasta de la naturaleza, un aficionado a la historia o simplemente busca un cambio de aires, esta tierra de leyendas le conquistará por su autenticidad y la legendaria calidez de sus gentes. Desde el dinamismo de Dublín hasta las misteriosas extensiones de Connemara, pasando por los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, he aquí los 16 lugares más bellos que visitar en Irlanda para disfrutar de un viaje inolvidable.

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1. Dublín, la capital cosmopolita de Irlanda

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Es imposible imaginar una visita a Irlanda sin descubrir Dublín, su dinámica y acogedora capital. Esta histórica ciudad a orillas del río Liffey ofrece una fascinante mezcla de tradición y modernidad. El corazón de Dublín late al ritmo de sus emblemáticos monumentos, como el Trinity College y su biblioteca, que alberga el famoso Libro de Kells, un manuscrito iluminado que data del siglo IX.

El barrio de Temple Bar, con sus calles adoquinadas y sus coloridas fachadas, representa el alma festiva de la capital. Es aquí donde se puede disfrutar de una auténtica pinta de Guinness en uno de los muchos pubs tradicionales amenizados con música en directo. Los aficionados a esta emblemática cerveza negra no querrán perderse una visita a la Guinness Storehouse (St James’s Gate, Dublín 8, D08 VF8H, con una puntuación de 4,5/5 en Google de entre más de 80.000 opiniones).

Dublín también guarda magníficos monumentos arquitectónicos, como la catedral de Christ Church y su cripta medieval, la catedral de San Patricio, la iglesia más grande de Irlanda, y el castillo de Dublín, testigo de ocho siglos de historia irlandesa.

2. Galway, la joya cultural de Irlanda Occidental

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En la costa oeste de Irlanda, Galway encarna el espíritu bohemio y artístico de Irlanda. Esta vibrante ciudad universitaria es famosa por su efervescente cultura, sus festivales de música tradicional y su ambiente acogedor. El Barrio Latino, el corazón palpitante de Galway, le cautivará con sus coloridas tiendas, acogedores restaurantes y pubs donde resuenan a diario los sonidos del violín y el bodhrán.

Merece la pena visitar la Colegiata de San Nicolás (Market St, Galway, H91 V5KW, con una puntuación de 4,6/5 en Google y más de 3.500 opiniones), la mayor iglesia medieval que se conserva en Irlanda. El imponente Castillo de Lynch, una residencia fortificada del siglo XVI, es testigo de la prosperidad pasada de la ciudad mercado. No olvide dar un paseo por el Arco Español, un vestigio de las murallas del siglo XVI que ofrece espléndidas vistas de la bahía de Galway.

3. Connemara, Irlanda salvaje y virgen

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A pocos kilómetros de Galway se encuentra la legendaria Connemara, una región emblemática que personifica la belleza natural de Irlanda. El Parque Nacional de Connemara (Letterfrack, Co. Galway, H91 PX49, con una puntuación de 4,7/5 en Google y más de 6.000 opiniones) abarca más de 2.000 hectáreas de naturaleza virgen. Tres rutas de senderismo de distintos niveles de dificultad le permitirán explorar esta tierra mágica de montañas escarpadas, turberas rojizas, páramos interminables, lagos cristalinos y bosques misteriosos.

Este sobrecogedor paisaje, inmortalizado en la canción de Michel Sardou, ofrece impresionantes panorámicas desde las cumbres de los Doce Bens. La flora y la fauna prosperan en un entorno aún intacto por la urbanización: ponis de Connemara, ovejas de cabeza negra, turberas de colores según la estación. Para los senderistas, el sendero de Diamond Hill es una de las rutas más gratificantes, con vistas espectaculares sobre el océano Atlántico y las islas circundantes.

4. Los acantilados de Moher, icono natural de Irlanda

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Entre todos los lugares más bellos que visitar en Irlanda, los Acantilados de Moher (Lislorkan North, Co. Clare, V95 KN9T, con una puntuación de 4,7/5 en Google y más de 50.000 opiniones) ocupan un lugar especial. Estos imponentes muros de piedra se elevan majestuosamente a lo largo de 8 kilómetros en el océano Atlántico, alcanzando los 214 metros en algunos puntos. La vista de estos acantilados azotados por las olas es sencillamente impresionante, especialmente cuando el sol poniente prende fuego a las paredes rocosas.

El centro de visitantes, hábilmente integrado en la ladera, presenta una exposición interactiva sobre la geología, la fauna y la historia del lugar. Desde aquí, varios senderos ofrecen diferentes vistas de los acantilados. La Torre O’Brien, construida en 1835, ofrece unas vistas excepcionales desde su cima. En un día despejado, se pueden ver las islas Aran y las montañas de Connemara. Los acantilados también albergan una de las mayores colonias de aves marinas de Irlanda, como frailecillos, fulmares y araos.

5. La Calzada del Gigante, maravilla geológica de Irlanda del Norte

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En Irlanda del Norte, la Calzada del Gigante (44 Causeway Rd, Bushmills, Co. Antrim, BT57 8SU, con una puntuación de 4,6/5 en Google y más de 45.000 opiniones) es una de las formaciones geológicas más extraordinarias de Europa. Este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO está formado por unas 40.000 columnas hexagonales de basalto, restos de una erupción volcánica que tuvo lugar hace 60 millones de años. Algunas de estas columnas alcanzan los 12 metros de altura, creando un paisaje absolutamente único.

Según la leyenda irlandesa, estas columnas fueron erigidas por el gigante Finn MacCool para unirse a su rival escocés Benandonner al otro lado del mar. Esta fascinante formación rocosa puede explorarse en varias visitas guiadas, en las que se aprende más sobre la geología, la mitología y el ecosistema del lugar. Los distintos sectores de la Chaussée llevan nombres evocadores como “l’Orgue”, “la Chaussée”, “le Chameau” y “la Botte du Géant”, y cada uno ofrece formaciones únicas para admirar.

6. Belfast, capital norirlandesa con un pasado turbulento

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Capital de Irlanda del Norte, Belfast aún conserva las cicatrices de su tumultuosa historia, visibles en los famosos muros de la paz que separan los barrios católico y protestante. Estos murales cuentan la historia de los Problemas, el conflicto que marcó el final del siglo XX. A pesar de este doloroso pasado, Belfast se ha metamorfoseado en una ciudad dinámica y acogedora que bien merece una visita en profundidad.

La arquitectura victoriana de la ciudad es testigo de su prosperidad pasada, en particular la Grand Opera House (Great Victoria St, Belfast BT2 7HR, valorada con 4,6/5 en Google y más de 1.800 opiniones), un magnífico teatro de estilo italiano. El Titanic Belfast (1 Olympic Way, Queens Rd, Belfast BT3 9EP, con una puntuación de 4,6/5 en Google y más de 28.000 opiniones) rinde homenaje al famoso transatlántico construido en los astilleros de la ciudad. Los Jardines Botánicos, la Universidad Queen’s y el Jardín Botánico ofrecen apacibles interludios verdes en el corazón de la metrópoli.

7. Condado de Kerry y el Anillo de Kerry

chateau de kerry

El condado de Kerry alberga algunos de los paisajes más espectaculares de Irlanda. ElAnillo de Kerry, una ruta panorámica de 179 kilómetros alrededor de la península de Iveragh, es una de las rutas turísticas más famosas del país. Esta encantadora ruta atraviesa pueblos pintorescos, bordea costas escarpadas y serpentea entre montañas y lagos, ofreciendo vistas impresionantes a cada paso.

Por el camino, descubrirá lugares notables como Moll’s Gap, un impresionante mirador sobre los lagos de Killarney, el colorido pueblo de Sneem y los imponentes acantilados de Kerry. Killarney es una base ideal para explorar la región, con un ambiente acogedor y numerosos monumentos históricos, como el castillo de Ross (Ross Rd, Ross, Killarney, Co. Kerry, V93 V304, valorado 4,6/5 en Google de entre más de 9.000 opiniones), que se alza majestuoso a orillas de Lough Leane.

8. La península de Dingle, la auténtica joya de Kerry

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Al norte del condado de Kerry, la península de Dingle ofrece una experiencia más íntima y auténtica que su vecina, el Anillo de Kerry. Esta salvaje lengua de tierra se adentra en el Atlántico, dominada por el monte Brandon, que se eleva hasta los 951 metros y ofrece unas vistas espectaculares de la región. El clima templado y el relativo aislamiento han preservado un entorno natural excepcional donde el océano y la montaña se encuentran en un ballet de acantilados, playas doradas y exuberantes praderas verdes.

La ciudad de Dingle (An Daingean en irlandés) es el corazón palpitante de esta región del Gaeltacht, donde el irlandés aún se habla con fluidez. Sus pubs tradicionales ofrecen música en directo todas las noches, mientras que sus restaurantes sirven el mejor marisco recién capturado. El ambiente aquí es decididamente auténtico y cálido, alejado del bullicio del turismo. Las playas de Inch Beach y Slea Head, yacimientos arqueológicos como el Oratorio de Gallarus, y las vistas panorámicas desde Slea Head Drive hacen de esta península una visita obligada para todo aquel que desee conocer Irlanda fuera de los caminos trillados.

9. Skellig Michael, la isla mística de Star Wars

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Frente a la costa de Kerry, la isla de Skellig Michael se eleva dramáticamente sobre el océano Atlántico, como un vertiginoso pico rocoso de 218 metros sobre las olas. Este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga los restos de un monasterio cristiano del siglo VI, donde los monjes vivían en un aislamiento casi total. Subiendo los 618 escalones excavados en la roca se llega a las antiguas celdas de piedra seca de los monjes, estructuras en forma de colmena perfectamente conservadas que dan testimonio de unas condiciones de vida extremadamente austeras.

La isla adquirió nueva fama internacional cuando se utilizó como escenario de los episodios VII y VIII de la saga Star Wars, en los que se convirtió en el refugio del Jedi Luke Skywalker. El acceso a Skellig Michael está estrictamente regulado para preservar este lugar excepcional: sólo un número limitado de visitantes puede desembarcar cada día entre mayo y septiembre, dependiendo de las condiciones meteorológicas. El viaje en barco desde Portmagee o Ballinskelligs es una aventura en sí misma, que ofrece la oportunidad de avistar colonias de alcatraces, frailecillos y focas. Esta experiencia única queda grabada en la memoria de todos aquellos que tienen la suerte de pisar esta roca mítica.

10. Cork, la capital rebelde del sur

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Cork, la segunda ciudad de Irlanda después de Dublín, cultiva con orgullo su espíritu rebelde y su identidad propia. Esta dinámica ciudad universitaria, construida sobre varias islas formadas por el río Lee, vive actualmente un notable auge cultural y económico. El centro de la ciudad está repleto de tesoros arquitectónicos que abarcan todas las épocas, desde la Edad Media hasta nuestros días, creando una armoniosa mezcla de tradición y modernidad.

Patrick’s Street, la calle principal de Cork, está repleta de tiendas, cafés y artistas callejeros. El famoso English Market (Princes St, Centre, Cork, T12 KW89, con una puntuación de 4,5/5 en Google y más de 8.000 opiniones), un mercado victoriano cubierto, hará las delicias de los gourmets con sus puestos rebosantes de productos locales frescos. Las catedrales de Cork, especialmente las de Santa María y Santa Ana, impresionan por su arquitectura neogótica. Por las noches, los pubs y restaurantes del centro de la ciudad cobran vida, ofreciendo una cocina inventiva y música tradicional irlandesa en directo en un ambiente cálido y típicamente corchés.

11. Kinsale, el colorido encanto de la Riviera irlandesa

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Al sur de Cork, el pueblo portuario de Kinsale cautiva de inmediato por su especial atmósfera. Sus coloridas casas reflejadas en las tranquilas aguas del puerto, sus empinadas calles adoquinadas y su ambiente marítimo lo convierten en uno de los pueblos más fotogénicos de Irlanda. Kinsale se ha forjado una reputación como una de las capitales gastronómicas del país, atrayendo a amantes de la buena mesa que acuden a degustar marisco en sus numerosos restaurantes de renombre.

Charles Fort (Summercove, Kinsale, Co. Cork, P17 XH67, valorado 4,5/5 en Google por más de 3.500 opiniones), una imponente fortaleza en forma de estrella construida a finales del siglo XVII, domina majestuosamente la bahía. Esta fortificación notablemente bien conservada ofrece espectaculares vistas panorámicas del puerto y el océano. Las galerías de arte que salpican el pueblo son un testimonio de la vitalidad creativa de Kinsale, que convierte cada paseo en un descubrimiento artístico. El festival gastronómico anual atrae cada otoño a gourmets de todo el mundo, confirmando la excelente reputación culinaria de esta joya del sur de Irlanda.

12. La Roca de Cashel, una espectacular fortaleza medieval

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Encaramada en un afloramiento rocoso de piedra caliza a casi 60 metros por encima de la fértil llanura del Golden Vale, la Roca de Cashel (Moor, Cashel, Co. Tipperary, E25 KD80, con una puntuación de 4,6/5 en Google y más de 16.000 opiniones) es uno de los yacimientos medievales más impresionantes de Irlanda. Este conjunto monumental reúne edificios notables de diferentes épocas: una torre redonda del siglo XII, la Capilla de Cormac con sus frescos románicos únicos, una catedral gótica del siglo XIII y la Cruz de San Patricio.

Durante más de 900 años, la Roca de Cashel fue la sede de los reyes de Munster, símbolo de su poder temporal y espiritual. La leyenda cuenta que el propio San Patricio convirtió aquí al rey Aenghus al cristianismo en el siglo V. La arquitectura de los edificios atestigua la evolución de los estilos arquitectónicos a lo largo de los siglos, desde el románico hasta el gótico tardío. Una visita a este majestuoso lugar permite conocer más de mil años de historia de Irlanda, al tiempo que se disfruta de unas vistas excepcionales de la campiña circundante del condado de Tipperary. El centro de visitantes cuenta con una exposición multimedia que contextualiza la importancia histórica y espiritual de este patrimonio irlandés.

13. Coumshingaun Lough, un lago glaciar en suspensión

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Enclavado en el corazón de un impresionante circo natural en las montañas Comeragh, Coumshingaun Lough es uno de los lagos glaciares más espectaculares de Irlanda. Rodeado de paredes rocosas casi verticales que se sumergen en sus oscuras aguas, este lago de gran altitud ofrece un impresionante espectáculo natural a los valientes excursionistas que emprenden la ascensión.

Se puede llegar a Coumshingaun Lough caminando unas 3 horas ida y vuelta desde el aparcamiento más cercano, en el condado de Waterford. El sendero asciende constantemente a través de páramos y turberas antes de llegar al borde del circo, donde la vista del lago a casi 400 metros de profundidad le dejará sin aliento. Los acantilados circundantes, algunos de los más altos de Irlanda, crean una atmósfera dramática y salvaje. Este paraje virgen ofrece a los amantes de la naturaleza y a los excursionistas la oportunidad de sumergirse en algunos de los paisajes de montaña más auténticos de Irlanda, lejos de las multitudes de turistas. En un día despejado, la vista desde la cima se extiende hasta el Mar de Irlanda, recompensando con creces el esfuerzo físico necesario para llegar a esta joya escondida.

14. Kilkenny, la ciudad medieval intacta

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Conocida como “la ciudad de mármol” por la piedra caliza negra que se extrae en sus canteras, Kilkenny es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Irlanda. Su notable arquitectura la convierte en un destino popular para quienes desean retroceder en el tiempo y descubrir la Irlanda medieval. Las calles adoquinadas del centro histórico serpentean entre edificios antiguos y tiendas de artesanía, creando una atmósfera única de encanto y autenticidad.

El castillo de Kilkenny (The Parade, Gardens, Kilkenny, R95 YRK1, con una puntuación de 4,6/5 en Google y más de 12.000 opiniones) domina majestuosamente la ciudad desde su posición sobre el río Nore. Esta fortaleza normanda, transformada en elegante residencia a lo largo de los siglos, presume de suntuosos interiores adornados con tapices, retratos y muebles de época. La catedral de San Canice, joya de la arquitectura gótica del siglo XIII, es otra visita obligada, con su torre redonda del siglo IX que ofrece una vista panorámica de 360° de la ciudad. Kilkenny también es famosa por su cerveza homónima y sus numerosos pubs tradicionales, donde podrá disfrutar de una pinta mientras escucha música irlandesa en directo.

15. Slieve League, los acantilados gigantes de Donegal

slieve league

En el condado de Donegal, en el extremo noroeste de Irlanda, se alzan los imponentes acantilados de Slieve League (Sliabh Liag, Co. Donegal, F94 X2F2, con una puntuación de 4,8/5 en Google y más de 4.000 opiniones), uno de los más altos de Europa. Elevándose 601 metros sobre el océano Atlántico, estas paredes verticales de roca multicolor ofrecen un espectáculo natural absolutamente grandioso y menos frecuentado que los famosos acantilados de Moher.

Los visitantes tienen varias opciones para descubrir estos gigantes de piedra: una exigente pero gratificante ruta de senderismo lleva a la cumbre por la cresta expuesta al viento, ofreciendo impresionantes panorámicas del océano. Para los menos aventureros, un mirador accesible en coche permite admirar los acantilados desde un mirador seguro. Los colores cambiantes de la roca a la luz del día crean un cuadro natural siempre cambiante, desde tonos anaranjados al amanecer hasta reflejos dorados al atardecer. Esta remota parte de Donegal conserva un ambiente salvaje y auténtico, donde las ovejas pastan libremente en las laderas cubiertas de hierba y el gaélico aún resuena en los pueblos de los alrededores. Una visita a los acantilados de Slieve League es una escapada fuera de lo común para los amantes de la naturaleza en estado puro y los espacios abiertos.

16. Parque Nacional de Glenveagh, la joya salvaje de Donegal

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También en el condado de Donegal, el Parque Nacional de Glenveagh (Church Hill, Letterkenny, Co. Donegal, F92 XC2N, con una puntuación de 4,8/5 en Google y más de 6.500 opiniones) abarca 16.000 hectáreas de naturaleza virgen, lo que lo convierte en el segundo parque nacional más grande de Irlanda. Esta vasta extensión abarca paisajes de una diversidad excepcional, desde las escarpadas montañas de Derryveagh hasta profundos valles glaciares, lagos resplandecientes, turberas cubiertas de brezo y bosques de robles centenarios.

El castillo de Glenveagh, una romántica residencia del siglo XIX construida al estilo baronial escocés, se asienta a orillas de Lough Veagh. Accesible sólo a pie o en autobús lanzadera, el castillo presume de interiores ricamente decorados y está rodeado de suntuosos jardines victorianos donde florecen plantas subtropicales gracias al clima templado. Los senderistas pueden seguir varios senderos señalizados por el parque, incluido el que lleva a la cañada envenenada, un misterioso valle de nombre evocador. La fauna del parque incluye una gran población de ciervos rojos, que han sido reintroducidos con éxito tras haber desaparecido de la zona. El Parque Nacional de Glenveagh ofrece una inmersión total en la naturaleza más salvaje de Irlanda, coronando un magnífico recorrido por los lugares más bellos que visitar en Irlanda.

En conclusión, Irlanda es un destino excepcionalmente rico, en el que cada región revela sus propios tesoros. Desde las vibrantes ciudades de Dublín y Galway hasta los paisajes salvajes de Connemara y Donegal, sin olvidar las maravillas geológicas de la Calzada del Gigante y los Acantilados de Moher, la Isla Esmeralda nunca deja de sorprender y maravillar a sus visitantes. Tanto si prefiere descubrir su patrimonio histórico, explorar su naturaleza virgen o sumergirse en la auténtica cultura celta, estos 16 lugares más bellos que visitar en Irlanda son una invitación a viajar a un país donde la belleza del paisaje sólo es igualada por la calidez de la acogida. Irlanda le espera para vivir una aventura memorable en el país de las leyendas, donde cada curva de la carretera revela una nueva imagen digna de postal, y donde mil años de historia aún resuenan en cada esquina.

FAQ : Visitar Irlanda

¿Cuál es la mejor época para visitar Irlanda?

La mejor época para visitar Irlanda es de mayo a septiembre, cuando las temperaturas son más suaves (15-20°C) y los días más largos. Julio y agosto son los meses más concurridos por los turistas. Si quiere disfrutar de exuberantes paisajes verdes con menos aglomeraciones, opte por mayo-junio o septiembre. El otoño también ofrece bellos colores, aunque es más húmedo. El invierno sigue siendo relativamente suave pero lluvioso, con días cortos.

¿Cuántos días se tarda en visitar Irlanda?

Para descubrir los lugares más hermosos que visitar en Irlanda, dedique al menos entre 7 y 10 días. Un itinerario de una semana cubre Dublín, Galway, Connemara y los acantilados de Moher. Con 10 a 14 días, puede añadir el Anillo de Kerry, Cork, Belfast y la Calzada del Gigante. Para una exploración en profundidad que incluya zonas menos turísticas, como Donegal, prevea de 2 a 3 semanas.

¿Necesito alquilar un coche para visitar Irlanda?

El alquiler de coches es muy recomendable si quiere visitar Irlanda con total libertad, sobre todo para explorar zonas rurales, rutas panorámicas como el Anillo de Kerry y parajes naturales aislados. Atención: en Irlanda se conduce por la izquierda. Para los que prefieran no conducir, hay autobuses turísticos y excursiones organizadas desde las principales ciudades. La red de trenes enlaza las principales ciudades, pero es limitada para acceder a los parajes naturales.

¿Cuál es el presupuesto para un viaje a Irlanda?

Irlanda es un destino relativamente caro. Un viaje cómodo puede costar entre 100 y 150 euros diarios por persona (alojamiento en pensión completa, comidas en restaurantes, alquiler de coches, entradas). Los mochileros pueden arreglárselas con 60-80 euros al día si optan por albergues juveniles y pubs. El alojamiento es el gasto principal (80-150 euros/noche en un hotel, 30-50 euros en un albergue). Una pinta de cerveza cuesta entre 5 y 7 euros, y una comida en un restaurante, entre 15 y 30 euros.

¿Puedo visitar Irlanda del Norte con la República de Irlanda?

Por supuesto. A pesar de la frontera política entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte (parte del Reino Unido), no existen controles fronterizos físicos desde el Acuerdo de Viernes Santo de 1998. Puede viajar libremente entre ambos territorios en coche o autobús. Sólo hay que tener en cuenta que Irlanda del Norte utiliza la libra esterlina (£), mientras que la República utiliza el euro (€). Entre los lugares más bonitos que visitar en Irlanda del Norte destacan Belfast, la Calzada del Gigante y la Costa de Causeway.

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