Las 9 mejores especialidades culinarias de Carcasona
Todo el departamento del Aude es una magnífica muestra de diversidad agrícola: aves de corral, charcutería, quesos de cabra y oveja. La trufa negra es también una de las estrellas de los menús de Carcasona. De hecho, la truficultura es una de las actividades emblemáticas de la región de Languedoc.
Los productos del campo y las antiguas recetas familiares forman parte de la cocina tradicional de Carcasona y de la Bastida de San Luis. La ciudad está poblada de orgullosos carnívoros que dominan el arte de sublimar las aves de corral. El pato, en particular, siempre se sirve noblemente según la tradición en el centro de una mesa bien surtida, y es una de las especialidades de Carcasona (foie gras, magret, mollejas, etc.).
¿Desea acompañar su comida con una copa de vino? Carcasona y sus viñedos poseen la etiqueta IGP (Indicación Geográfica Protegida). Se trata de una prestigiosa denominación que atestigua la calidad de los vinos producidos en el departamento. ¡Una degustación de esta maestría es obligada!
Por último, es el momento de los dulces y otras delicias sencillas, para llenar hasta los estómagos más grandes. Chocolate, turrón y toques de cítricos pondrán fin a su banquete con una nota más sutil.
Qué comer en Carcasona Nuestra selección de 8 especialidades culinarias
Dulces o salados, Carcasona sabe sacar el máximo partido de los productos locales. La gastronomía de esta ciudad medieval se ha mantenido fiel a las recetas de antaño. Encontrará platos históricos, contundentes y a veces revisitados. Una buena ocasión para probar una cassoulet bistronómica, por ejemplo… A modo de aperitivo, aquí tiene nuestra selección de las mejores especialidades de Carcasona, disponibles en forma de menú completo. ¡Que aproveche!
1 – Mollejas de pato
Deliciosas mollejas de pato, confitadas o a la sartén, servidas “al minuto” con ensalada y pan crujiente. Aunque suelen servirse como plato principal, pida al chef que le prepare una versión de entrante para poder probar las demás especialidades del menú.
2. Caracoles a la languedociana
Aunque los caracoles con mantequilla de perejil son muy conocidos, su preparación a la languedociana lo es menos. Para prepararlos, se utilizan caracoles “petit gris”, cocidos a baja temperatura en una salsa a base de jamón, nueces, acelgas, ajo y perejil. Se sirven calientes y empapados en la salsa. Constituyen un entrante ideal para un menú típico de Carcasona.
3. Cassoulet de Carcasona
La receta de esta famosa cassoulet no tiene nada de particular, pero lo que la distingue es la calidad (y la cantidad) de los productos utilizados. En una “cassole” tradicional, se cuecen durante mucho tiempo alubias blancas, algunas verduras de otoño, especias para realzar el sabor y ricas carnes… Conviene saberlo: la primera cassoulet de Carcasona se cocinó en tiempos de guerra, en la época medieval, y luego viajó en el tiempo hasta los fogones de los bistrós actuales.
4. Magret de pato
Ah, el tierno magret de pato del Languedoc y su perfecta cocción… ¡Estamos salivando! Esta magra pieza de ave obtiene su suavidad de su meticulosa cocción. La carne se asa en su grasa y se sazona ligeramente con unos granos de pimienta y sal. Ni más ni menos: una auténtica delicia.
5. Cassoulet helado
Este sorprendente postre llega al final de la comida ¡como un pelo a la sopa! Desde arriba, parece una mini hamburguesa con sabor a vainilla. Está hecho con nougatine, vainilla, por supuesto, castañas y guindas. Nos gusta especialmente el toque de frutos rojos, combinado con el juego de texturas crujientes y cremosas, una auténtica delicia para el paladar.
6. La Carcassonnais
Alter ego del pan suizo, la Carcassonnais es un bocadillo infantil por excelencia. Este pastel se elabora con hojaldre de brioche relleno de crema de vainilla y fruta confitada. Se suele comer los domingos en familia, así que no dude en convertirlo en su tentempié preferido cuando visite la capital del Aude.
7. Les Écus de la cité
Son, con diferencia, el recuerdo más dulce que se llevará de Carcasona. Pequeños y redondos, estos pequeños escudos de la ciudad medieval están disponibles en chocolate negro o con leche.
8. La Tourgnol
El anís se utiliza desde la antigüedad en todo el Mediterráneo. Su sabor único le ha permitido introducirse en los hornos del Aude. En las panaderías, en particular, las semillas se utilizan para aromatizar un popular brioche llamado “tourgnol”. Hoy en día, en la mayoría de las panaderías de Carcasona encontrará este brioche con anís, sorprendentemente plano.
9. El vino de la cité-de-carcassonne
Fruto del valle vitícola situado al este de la ciudad, el vino de Carcasona lleva la etiqueta IGP (Indicación Geográfica Protegida). Las viñas, bañadas por el sol y azotadas por el viento, producen vinos de tres colores: blanco, rosado y, por supuesto, tinto. La tierra se nutre de productores apasionados y comprometidos con la calidad de los grandes vinos franceses. Los amantes del vino apreciarán el armonioso equilibrio entre las variedades de uva atlánticas y mediterráneas.
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