Las 11 mejores especialidades culinarias de Londres

Incluso antes de poner un pie en el Reino Unido, sabrá que Inglaterra no tiene una gran reputación entre fogones, y la cocina típica londinense no es una excepción. ¡Hasta los lugareños lo admiten! Pero eso no es motivo para callarse como una ostra. Más de un plato inglés aumentará su aprecio por la cocina local. En Londres, más que en ningún otro lugar, tendrá acceso a los mejores restaurantes y podrá degustar las revisiones creativas de los chefs locales. En otras palabras, lo mejor de la gastronomía inglesa se esconde en las misteriosas calles de la capital.

La cocina británica hunde sus raíces en la tumultuosa historia del país. Desde tradiciones centenarias a la herencia colonial, pasando por las influencias de la Revolución Industrial, cada plato cuenta una historia. Los mineros del norte de Inglaterra, los pastores de las Highlands escocesas y las familias obreras de Manchester han contribuido a dar forma a esta cocina única. Los platos tradicionales ingleses reflejan la naturaleza pragmática de la gente: sencillos, sustanciosos y reconfortantes.

Historia e influencias de la cocina británica

La cocina británica moderna es el resultado de una fascinante mezcla de influencias. La historia colonial trajo especias de la India, convirtiendo el tikka masala en un plato nacional no oficial. Los intercambios con Europa han enriquecido el paladar británico, mientras que las tradiciones locales de las distintas regiones -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- han aportado cada una su particular contribución.

Durante su estancia en Londres, no deje de probar varios platos. Entre los platos salados destacan el fish and chips, las tartas, los estofados y el curry, que se han convertido en parte integrante de las especialidades locales. En cuanto a los dulces, las numerosas variedades de scones, bollos y crumbles de manzana le encantarán.

Qué comer en Londres Nuestra selección de 11 especialidades londinenses

Seamos sinceros, viajamos a Londres -y a Inglaterra en general- por muchas cosas… Pero no por la gastronomía local. Hay quien incluso afirma que la cocina tradicional inglesa es una de las peores del mundo. Incluso el famoso té inglés es una calamidad que los ingleses intentan mitigar sistemáticamente con una nube de leche. Al mismo tiempo, muchas de las mejores especialidades locales proceden de otros lugares. El fish & chips es portugués, el curry es indio y los scones son escoceses… En otras palabras, la cocina inglesa es un auténtico tema sin discusión, porque el veredicto es claro: ¡la cocina típicamente inglesa no es ningún picnic!

1. El desayuno inglés

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No hay mejor manera de empezar el día que con un desayuno inglés tradicional. Con el desayuno inglés tradicional, no pasará hambre en ningún momento. Se compone de una variedad de alimentos salados: tostadas, bacon crujiente, huevos -que van desde escalfados y fritos hasta revueltos-, salchichas doradas, champiñones salteados, patatas asadas, tomates a la plancha y las famosas alubias asadas. Las judías al horno son las omnipresentes judías blancas en salsa de tomate. Sin olvidar la tradicional morcilla, divisoria pero parte integrante de la autenticidad británica.

Naturalmente, un desayuno inglés completo se acompaña de una bebida caliente. Casi siempre una taza de té o café inglés. Aunque aproveche la tarde para salir en albornoz, debe saber que este plato completo se sirve a cualquier hora del día en la mayoría de los restaurantes británicos. Este copioso desayuno tiene su origen en las costumbres de las familias de clase trabajadora que necesitaban una comida contundente antes de las largas jornadas de trabajo.

2. El té de la tarde

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Con este tierno ritual inglés, nunca pasarás hambre durante mucho tiempo. Los londinenses saben darle un toque chic a todo… ¡incluso a una simple taza de té! Para revitalizarse con un auténtico afternoon tea, diríjase a un salón de té o al lounge de un hotel de calidad a las 4 de la tarde. Esta pequeña comida al mediodía es un ritual inseparable de la cultura británica, y una tendencia que no muestra signos de disminuir.

No hay recetas propiamente dichas, pero según el lugar, la taza de té irá acompañada de scones con clotted cream y mermelada, esponjosas magdalenas, delicados sándwiches de dedo, fruta fresca y una deliciosa bollería. Estos establecimientos suelen ofrecer un servicio de excelencia británica. El cream tea, una versión simplificada del té de la tarde, consiste en scones, clotted cream, mermelada y té: perfecto para una pausa gourmet.

3. El asado dominical

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¿Está en Londres un domingo? Diríjase al pub más cercano para probar este plato en salsa. Se trata de ternera asada -a veces sustituida por cordero o carnero- servida con pudin de Yorkshire, y luego coronada con patatas asadas y verduras al vapor. Las zanahorias, chirivías y otras verduras de temporada son el complemento perfecto para este plato de domingo.

Para un mayor placer, este generoso plato se rocía con gravy, la salsa que lo une todo. El Yorkshire pudding, un hojaldre dorado, captura a la perfección los sabores de la salsa. No hay mejor manera de empezar la semana que con un buen asado dominical, una tradición arraigada en el corazón de las familias británicas desde hace generaciones.

4. Pastel y puré

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Cuando se trata de comida reconfortante en Londres, la tarta con puré no tiene igual. La receta original procede de los muelles londinenses. De ahí su carácter sustancioso y sus sabores sencillos pero deliciosos. Se compone de un cremoso puré de patatas (el famoso puré de patatas, ¿recuerda?) y un pastel de ternera.

Es un plato sencillo y eficaz, a veces con una salsa de perejil fresco, dependiendo de dónde se sirva. Tradicionalmente, este popular plato se envolvía en papel de periódico para que los trabajadores pudieran comerlo a la carrera. Esta tradición costera londinense deleitará su paladar con su autenticidad y su carácter reconfortante.

5. El pastel de carne y riñones

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Dele un mordisco a la popular cocina londinense. Este pastel de carne es una especie de tarta caliente, rellena de carne y riñones picados, cebollas infusionadas con caldo de carne o verduras. Cuando se abre la corteza dorada, ¡se puede oler el pastel desde lejos! Son las salsas marrón y Worcestershire, combinadas con la fragancia de un sinfín de hierbas, las que lo hacen tan tentador.

Si quiere probar esta especialidad, tendrá que volver a visitar los pubs londinenses. Este pastel es un ejemplo perfecto del ingenioso uso de los despojos en la cocina tradicional, que transforma ingredientes sencillos en platos sabrosos gracias a una cocción lenta y un condimento juicioso.

6. Pescado y patatas fritas

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Imagine cargar con el peso de toda la gastronomía de Inglaterra sobre sus frágiles hombros… Así es más o menos la experiencia del tradicional fish and chips. Este plato de culto es el emblema de la comida callejera londinense y, nos atreveríamos a decir, la única especialidad inglesa que pone de acuerdo a todo el mundo. Sus orígenes portugueses explican por qué el bacalao es el pescado más popular con el que prepararlo.

Bien ejecutado, este popular plato de pescado empanado servido con gruesas patatas fritas es una pura delicia. Lo mejor es comerlo sobre la marcha, aún caliente cuando hace mal tiempo, tradicionalmente acompañado de vinagre y sal. El pescado, ligeramente rebozado y crujiente, contrasta a la perfección con las esponjosas patatas fritas. Es en este preciso momento cuando revela todo su potencial culinario, a la vez reconfortante y sabroso.

7. El cordero asado con salsa de menta

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Especialidad que no ha cambiado en Londres desde su creación, la salsa de cordero asado y menta sorprenderá a muchos viajeros. Tradicionalmente, esta receta se sirve durante las fiestas navideñas o en grandes reuniones familiares. La salsa de menta, una sutil mezcla de hierbas frescas y vinagre, aporta una frescura que equilibra perfectamente la riqueza de la carne.

Esta tradición culinaria atestigua la influencia de los pastores de la Gran Bretaña rural. En Londres, pruebe este plato a la hora del almuerzo, cuando no esté programado el té de la tarde, para descubrir un aspecto poco conocido pero auténtico de la gastronomía local.

8. El pudding

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Derrítase por este postre inglés esencial. No hay restaurante en Londres que no ofrezca pudding como broche final de la comida. El pudding suele estar aromatizado con sticky toffee o chocolate. Se sirve blando, con natillas caseras o una bola de helado de vainilla.

Estos postres gourmet tienen formas muy variadas: pudin de pan hecho con pan duro, pudin de sticky toffee con dátiles o pudin de Navidad con frutos secos. Si viaja a Londres con niños, ¡este es sin duda el postre que debe servirles para asegurarse de que aciertan! Estas delicias británicas son un testimonio del ingenio culinario a la hora de transformar ingredientes sencillos en delicias dulces.

9. Los scones

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En Londres se puede disfrutar de estos bollitos escoceses a cualquier hora del día. Los scones ingleses tienen la textura de los panes en miniatura y la suavidad del brioche. Se elaboran con una masa sencilla de leche, harina de trigo, cebada o avena y levadura.

Se pueden servir como parte de un desayuno inglés completo, del té de la tarde o simplemente como tentempié mientras se pasea por la ciudad. Si los come en la mesa, una taza de té no estará de más, junto con un poco de mermelada y nata cuajada. No dude en probar las deliciosas versiones con pasas sultanas, pepitas de chocolate o fruta confitada. Estos pasteles tradicionales son parte integrante del patrimonio culinario británico.

10. El crumble

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Entre el sabor gourmet de las manzanas asadas y la textura medio derretida, medio crujiente de la masa del crumble, ¡nos quedamos con ganas de más! El crumble de manzana ha conquistado a los golosos de nuestra región. ¿Por qué no probarlo en su tierra natal? Los ingleses acostumbran a comerlo en otoño, para suavizar los días más duros.

Las manzanas cocidas se aromatizan con un toque de vainilla o canela, antes de cubrirlas con masa mantecosa y hornearlas. Esta tarta rústica, elaborada a menudo con frutos rojos de temporada, representa la esencia misma de la cocina casera británica. Lo mejor es disfrutarla justo antes de que se enfríe, con helado de vainilla o una porción de chantilly casero.

11. Gelatina

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Si hay una especialidad dulce londinense que realmente destaca, ¡es la gelatina! Esta gelatina de frutas, de la que los ingleses son grandes aficionados, es toda una sorpresa. Entre otras cosas, por su textura inusual y sus sabores afrutados pronunciados artificialmente. En cuanto a su preparación, no puede ser más sencilla: la gelatina se elabora con agua, sirope y gelatina, y luego se mete en la nevera para que “cuaje” en frío.

No querrá perdérsela, porque este artículo culinario está por todas partes, ¡en todas las formas, colores y sabores! Esta tradición británica, a menudo incomprendida por los visitantes europeos, forma parte integrante de los menús dominicales y las meriendas infantiles desde hace generaciones.

Especialidades regionales del Reino Unido

Platos tradicionales escoceses

Escocia aporta su particular contribución a la cocina británica con platos como el haggis, la mezcla de carne de salchicha, avena y especias que se sirve tradicionalmente en la Noche de Burns. El bubble and squeak, tortitas de patata y col hechas con las sobras del domingo, es otro ejemplo del ingenio escocés. El desayuno escocés difiere ligeramente de su primo inglés, ya que suele incorporar tortitas de avena y variaciones locales de la morcilla.

Tradiciones de Gales

Gales ofrece especialidades únicas como el laverbread, un alga preparada tradicionalmente en la costa galesa. Las familias galesas también perpetúan la tradición del welsh rarebit, una versión sofisticada del queso gratinado, y el cawl, un guiso tradicional de verduras y cordero. Estos platos reflejan las influencias marítimas y pastorales de esta región salvaje.

Delicias norirlandesas

Irlanda del Norte aporta su contribución con el Ulster fry, la versión local de un desayuno completo, y el Irish stew, un guiso tradicional de cordero y patatas. Estos platos son testimonio de la herencia irlandesa y de la adaptación a los productos locales. El pan de soda, un pan de bicarbonato tradicional, es el acompañamiento perfecto para estos platos rústicos y sabrosos.

Postres clásicos británicos

Lío Eton

Eton mess toma su nombre del prestigioso Eton College de Berkshire. Este postre deliciosamente desordenado combina merengue roto, nata montada y frutos rojos frescos. Sencillo de preparar pero formidablemente eficaz, es un ejemplo perfecto del arte británico de transformar la sencillez en elegancia. Las fresas son la elección tradicional, pero las variantes de fruta de temporada aportan sus propias sorpresas.

Sapo en el agujero

No hay nada que temer de un sapo en la madriguera. Este reconfortante plato consiste en salchichas cocinadas en masa de pudin de Yorkshire. La capa dorada y esponjosa captura los sabores de la carne y los jugos de la cocción. Servido con puré de patatas y verduras, este plato familiar encarna a la perfección el espíritu de la cocina de pub británica.

Pudin de caramelo pegajoso

Este postre emblemático del norte de Inglaterra combina bizcocho húmedo con dátiles y una cremosa salsa de caramelo. Cada bocado revela la riqueza de esta preparación, a menudo servida con natillas o helado de vainilla. Este pudin es un testimonio de la excelencia británica cuando se trata de postres reconfortantes.

Platos principales imprescindibles

Pastel de pastor y cottage pie

Estos dos platos son ejemplos perfectos del arte del reciclaje culinario británico. El shepherd’s pie utiliza carne picada de cordero, una referencia directa a los pastores de las colinas británicas, mientras que el cottage pie se decanta por la ternera. Ambos están cubiertos con una generosa capa de puré de patatas al horno. Esta diferencia, aunque sutil, revela la importancia de las tradiciones locales en la cocina británica.

Huevo escocés

Esta original preparación recubre un huevo duro de carne de salchicha antes de empanarlo y freírlo. Perfecto para picnics o como tentempié de pub, el huevo escocés demuestra el ingenio británico para crear platos prácticos y sabrosos. Su textura contrastada, entre crujiente por fuera y blanda por dentro, lo convierte en imprescindible en los menús de los pubs.

Bebidas tradicionales británicas

Té británico

Ningún debate sobre la cultura británica estaría completo sin una mención al té. Esta bebida, que se convirtió en emblemática gracias a la influencia colonial, se presenta en muchas variedades. El Earl Grey, aromatizado con bergamota, se codea con el English Breakfast, una mezcla robusta perfecta para empezar el día. El té se prepara según reglas precisas: agua hirviendo, tiempo de infusión respetado, servido con leche y azúcar según el gusto.

Cerveza británica

Los pubs británicos ofrecen una impresionante gama de cervezas locales. Las ales, cervezas de alta fermentación servidas a temperatura ambiente, contrastan con las lagers, más ligeras. Cada región tiene sus propias cervecerías tradicionales, que perpetúan recetas centenarias. El acompañamiento perfecto para la mayoría de los platos británicos contundentes.

Consejos para descubrir los platos típicos británicos

¿Dónde puede probar estas especialidades?

Londres ofrece un número impresionante de lugares donde probar estas especialidades. Los pubs tradicionales siguen siendo los mejores lugares para degustar fish and chips, tartas y Sunday roast. Elegantes salones de té ofrecen auténticos afternoon teas, mientras que mercados como el Borough Market están repletos de productos artesanales.

Brighton, en la costa sur, destaca por su fish and chips recién preparado. El suroeste de Inglaterra, sobre todo Cornualles, ofrece excelentes tés con nata. Cada región tiene su propia especificidad, que enriquece la experiencia culinaria del viajero curioso.

Precios y accesibilidad

Los precios varían considerablemente según el establecimiento elegido. El pescado y las patatas fritas a la carrera cuestan unas pocas libras, mientras que un té por la tarde en un hotel de prestigio puede alcanzar sumas considerables. En general, los pubs ofrecen una excelente relación calidad-precio, por lo que podrá vivir la auténtica experiencia británica sin arruinarse.

Hay que tener en cuenta que algunos platos, como el haggis escocés o la morcilla, pueden sorprender a los no iniciados. No dude en pedir que se lo adelanten o en compartir su experiencia con estas especialidades, a veces desconcertantes, que revelan el alma británica.

Adaptar el paladar

La cocina británica suele primar la nutrición sobre la delicadeza culinaria. Este enfoque pragmático refleja la historia del país y sus limitaciones climáticas. Acérquese a estos descubrimientos con la mente abierta y puede que algunos platos le sorprendan gratamente.

Las influencias europeas y de otros continentes han enriquecido enormemente la oferta culinaria británica moderna. Londres, en particular, ofrece ahora una notable fusión de tradiciones locales y técnicas contemporáneas.

Conclusión

Descubrir los platos típicos ingleses es un fascinante viaje a través de la historia y la tradición británicas. Desde el copioso desayuno inglés hasta el delicado té de la tarde, pasando por el robusto asado de los domingos o los sorprendentes postres como el Eton mess, cada especialidad cuenta su propia historia.

Esta cocina, que durante mucho tiempo ha sido menospreciada, revela en realidad una riqueza insospechada para quienes saben acercarse a ella con curiosidad. Las múltiples influencias -revolución industrial, herencia colonial, tradiciones regionales- han dado forma a una gastronomía única que refleja el alma británica.

Su próxima visita a Londres será la ocasión perfecta para explorar estos sabores auténticos. No dude en salirse de los caminos trillados, pregunte a los lugareños por sus lugares favoritos y, sobre todo, mantenga la mente abierta ante platos a veces sorprendentes pero siempre cargados de historia.

La cocina británica merece una oportunidad. Al fin y al cabo, ¡millones de británicos no pueden estar todos equivocados! Este descubrimiento gastronómico, alejado de ideas preconcebidas, podría depararle deliciosas sorpresas y enriquecer considerablemente su comprensión de la cultura británica.

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