Las 10 mejores especialidades culinarias de Bastia
Si la gastronomía de Bastia -y de Córcega en general- tuviera que tener un credo, éste podría ser: “las mejores cosas de la vida son las más sencillas”.
Estará de acuerdo con ello durante su estancia en Bastia, cuando haga un recorrido por las especialidades ancestrales de la ciudad y de la isla de la Belleza. Los platos locales se preparan con ingredientes sencillos, producidos localmente y en función de las estaciones. Por ello, las recetas típicas son económicas, tanto para prepararlas como para comerlas, ¡pero ricas en sabor!
Desde el desayuno hasta el último bocado del día, sin olvidar el inevitable aperitivo, en Bastia no faltan oportunidades para cenar fuera.
En esta ciudad, podrá saborear Córcega en una tabla de quesos y embutidos. Saboree una identidad propia y unos sabores insólitos que no encontrará en ningún otro lugar de la Francia continental. En Bastia, también descubrirá recetas tan variadas como los paisajes de la isla. Quesos, carnes, pescados, frutas al sol… La cocina de Bastia deleitará todos sus sentidos.
Qué comer en Bastia Nuestra selección de 10 especialidades de Bastia
Los habitantes de Bastia tienen gusto por la tradición y cultivan oficios ancestrales. Aunque las especialidades corsas son muy conocidas en la Francia continental, los visitantes siempre están dispuestos a descubrirlas. Por ello, las degustaciones se suceden y los recuerdos gastronómicos se compran en grandes cantidades. Todo ello anima a los productores y artesanos locales a mantener su patrimonio histórico y culinario.
1. Charcutería
El famoso jamón prisuttu de cerdo negro corso, el salamu, salchicha seca de cerdo… Sin olvidar las legendarias coppa, panzetta, figatellu y lonzu. Ahora que lo piensa, ¡tome nota! El cerdo corso es el animal emblemático de la Isla de la Belleza. Criado con esmero y alimentado principalmente con castañas, el cerdo corso posee una carne sabrosa que puede utilizarse en diversos platos de charcutería. La gran calidad de esta carne curada se ha extendido mucho más allá de las fronteras francesas. En Bastia, encontrará lo mejor de la charcutería corsa, sublimada de forma natural o realzada con pimienta, vino o hierbas. La preparación se basa en un saber hacer ancestral. ¡Llévese a casa la charcutería corsa de Bastia como recuerdo gourmet!
2. El queso
Disfrute del queso de Bastia acompañado de una tabla de embutidos y mermelada casera. Al igual que ocurre con los embutidos, es difícil elegir un queso por encima de otro. Lo mejor es probarlos todos, en la esquina de un mercado de Bastia o en la terraza de un café. En la isla de la Belleza, el queso es un negocio tan serio como la charcutería. El más famoso es el brocciu, elaborado con leche de cabra o de oveja. Le sigue el antiguo cabrettu, elaborado por primera vez en época romana. Y hay muchos otros quesos de toda la isla para descubrir en los puestos de las numerosas queserías de la ciudad.
3. Aziminu
La prueba de que Marsella está a dos pasos. El aziminu es la versión isleña de la bullabesa. Este popular plato caliente se elabora con pescado de roca, recién capturado en la costa cercana. La selección puede variar desde cabracho, salmonete, besugo, mújol… dependiendo de lo que se encuentre ese día. El pescado se corta en trozos grandes y se cuece a fuego lento en un caldo muy aromático (laurel, azafrán, hinojo, etc.). Naturalmente, la cazuela corsa llevará aceite de oliva local, así como un puñado de mejillones o unos cangrejos pequeños, ¡repletos de sabor! En Bastia, el aziminu se servirá con abundante caldo y una buena cantidad de pan seco, ¡para no dejar ni una gota! Acompáñelo con un vaso de pastis bien frío o, mejor aún, con un vino de la región.
4. Estofado de jabalí
Sabores fuertes y pura tradición corsa: ¡así es el “stufatu di cignale”! En Bastia, pruebe esta especialidad corsa típica y contundente, cuya pieza central es un jabalí. Esta carne fuerte se condimenta con un amplio abanico de aromas: cebollas, zanahorias, ajo y mucho más. El conjunto se realza con un toque de mirto o de aguardiente de castañas. Este estofado de jabalí tiene un sabor fuerte y puede degustarse durante todo el año. Muy popular entre los lugareños, cada familia tiene su propia versión de la receta, transmitida de generación en generación.
5. La pulenda
Crédito de la foto: Wikimedia
A primera vista, parece un extraño pastel corso. Esta especialidad invernal es muy sencilla de preparar, a base de harina de castaña, agua y sal. La bola de masa se cuece al carbón y se corta rápidamente en rodajas para comerla antes de que se enfríe. La pulenda caliente suele acompañarse de un gran trozo de queso brocciu, huevos fritos o embutidos. Es la manera perfecta de revitalizarse en vísperas de las fiestas. La pulenda tiene además la ventaja de ser una especialidad antidesperdicio. De hecho, al cabo de unos días, los lugareños la vuelven a espolvorear con harina de castañas y la fríen en una sartén para darle un poco más de picante y crujiente.
6. Ternera con aceitunas
Otro viaje por el viejo y polvoriento libro de recetas corsas… En Bastia, tendrá la oportunidad de probar esta receta familiar ancestral: ternera con aceitunas. Elaborada con carne de ternera corsa de gran calidad y aceitunas verdes de los olivares locales. La ternera con aceitunas es un plato cocinado a fuego lento con un fuerte olor aromático. A primera vista, reconocerá notas de laurel, ajo y, sobre todo, vino tinto (a menudo patrimonio). Este plato es tan popular en invierno que no es raro encontrarlo también con buen tiempo. Para acompañar la carne en salsa, suele haber en el plato pasta, patatas o una porción caliente de polenta.
7. Miel de Córcega
Fíjese bien en las etiquetas de los tarros de miel en Bastia. Deben llevar la mención “Mele di Corsica” para certificar que se ha producido en la isla. La miel es un producto emblemático de Córcega. La gente de Bastia y todos los habitantes de la isla son adictos a ella y, sobre todo, ¡están muy orgullosos de ella! Al igual que la charcutería y el queso, la miel de Córcega no puede faltar en su equipaje. Además, es mucho más fácil de transportar. La miel de la isla tiene tantos sabores como paisajes tiene Córcega. Puede elegir entre miel de clementinos, de castaños o de maquis. Estas zonas geográficas tan distintas confieren al oro amarillo una gama única de sabores y colores.
8. Fiadone
A las especialidades saladas no les falta celo en Bastia, pero los dulces no han dicho su última palabra… ¡El famoso fiadone, postre número uno de Córcega, es un ejemplo de ello! Ingenioso y 100% local, el fiadone se elabora con el imprescindible queso brocciu. Los corsos añaden azúcar, huevos y algunas cáscaras de cítricos (naranja o limón). Bajo su aspecto de tarta de queso, descubrirá una personalidad gustativa propia. Es imposible resistirse a su bonito color caramelizado tras la cocción y a su inimitable suavidad. El Fiadone es tan popular que se puede comer durante todo el año, y es el final perfecto para cualquier comida típica. Para ser aún más indulgente, este pastel se sirve a menudo cubierto con un chorrito de brandy y un coulis de frutas o mermelada de cítricos.
9. Canistrelli
¿Has visto la hora? Tómese un respiro. En Bastia, no se puede disfrutar de un buen café sin acompañarlo de un canistrelli… O dos. Los canistrelli son pequeñas galletas secas elaboradas con harina de trigo tradicional, azúcar y vino blanco (¡otra vez!). La masa de los canistrelli se puede personalizar, según el gusto del momento: castañas, almendras, pasas o cítricos… Los más atrevidos ven la oportunidad de hacer una versión salada. De ahí los canistrelli con cebolla, hierbas o aceitunas. Es una buena manera de alargar el aperitivo y pagar una copa de rosado. En boca, los canistrelli son secos, crujientes y bastante adictivos una vez que se ha decidido por su sabor favorito. Gustan a todo el mundo, tanto a los turistas como a los lugareños. Por eso los encontrará en todas partes y a cualquier hora del día. Psst… Otra gran idea para llenar las maletas…
10. El vino de Córcega
Orgullosamente producido en la Isla de la Belleza, el vino de Córcega es un must culinario durante su estancia en Bastia. Al igual que los famosos vinos de Patrimonio y Sartène, la viticultura desempeña un papel primordial en el terruño corso. La isla cuenta con 9 denominaciones de origen controladas y una treintena de variedades de uva repartidas por sus variados paisajes. Pero las tres principales son Niellucciu (rosado y tinto), Sciaccarellu (rosado y tinto) y Vermentinu o Malvoisie (blanco). Estos vinos han conquistado los paladares de los amantes del vino y han forjado la reputación de Córcega como región vinícola.
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