¿Cuáles son los pueblos más bonitos para visitar en el Yonne?
La belleza de Francia no se limita a sus ciudades metropolitanas. También se extiende a sus pintorescos pueblos, enclavados en algunos de los parajes más tranquilos y apacibles del país. Uno de los departamentos que alberga algunas de estas joyas ocultas es Yonne, situado en la región de Borgoña-Franco Condado. Con sus exuberantes paisajes verdes, sus prestigiosos viñedos y su rico patrimonio histórico, el Yonne es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la cultura. Así que, sin más preámbulos, partamos a descubrir los pueblos más bonitos del Yonne.
1. Vézelay, tesoro del patrimonio mundial de la UNESCO
Vézelay, patrimonio mundial de la UNESCO, es un pueblo sorprendente con un rico patrimonio histórico y un encanto pintoresco. Situado sobre una colina, ofrece impresionantes vistas panorámicas de la campiña circundante. La principal atracción de Vézelay es la basílica de Sainte-Marie-Madeleine, obra maestra del arte románico que atrae cada año a miles de peregrinos y turistas.
Además de la basílica, el pueblo cuenta con numerosas casas medievales perfectamente conservadas, calles adoquinadas y murallas que cuentan la fascinante historia de este lugar. Vézelay también es famoso por su vino, producido en los viñedos de los alrededores, que contribuye al ambiente cálido y acogedor del pueblo.
2. Chablis, sinfonía de viñedos y patrimonio
Chablis es otro pueblo del Yonne que merece una visita. Conocido en todo el mundo por su vino blanco de fama mundial, Chablis es un destino predilecto para los amantes del vino. El pueblo está rodeado de viñedos que se extienden hasta donde alcanza la vista, ofreciendo un paisaje impresionante. La degustación de vinos es, por supuesto, una obligación en Chablis, ya sea en las bodegas del pueblo o directamente en los viñedos.
Además de su vino, Chablis posee un rico patrimonio histórico. El pueblo está salpicado de encantadoras casas con entramado de madera, antiguas iglesias y majestuosos castillos, testimonio de su glorioso pasado. Entre los principales lugares que hay que visitar están la iglesia de Saint-Martin, una joya del arte gótico, y el Château Long-Depaquit, un magnífico castillo rodeado de viñedos.
3. Noyers-sur-Serein, un pueblo medieval junto al agua
Enclavado en un meandro del Serein y rodeado de murallas y torres, Noyers está catalogado como uno de los “Pueblos más bonitos de Francia”. En el centro, descubrirá calles adoquinadas, pequeñas plazas, una iglesia del siglo XV, un hermoso ayuntamiento y magníficas casas borgoñonas. Aquí todo es bello. La Place de la Petite-Etape-aux-Vins, la Place du Marché-au-Blé y la Place du Grenier-à-Sel son visitas obligadas para descubrir su pasado medieval. Noyers es también un pueblo de artistas, con numerosas galerías, talleres y boutiques. También se puede disfrutar al máximo de la campiña de los alrededores, con paseos por el Serein, pesca, piragüismo y visitas a huertos de cerezos.
4. Montreal, pueblo feudal que domina el valle del Serein
Montréal es un pueblo del norte del departamento que domina el valle del Serein. Conserva su aspecto feudal, con su castillo, su iglesia, sus murallas y sus casas antiguas. Puede visitar el castillo, que data del siglo XII y fue sede de un poderoso señorío. Descubrirá su torre del homenaje, su capilla, su sala de guardia y sus pasadizos subterráneos. También podrá admirar la iglesia de Notre-Dame, del siglo XIII, con su magnífico portal esculpido, o el priorato de Saint-Philibert, del siglo XI, que alberga un museo de arte sacro. También puede pasear por el pueblo, que conserva su encanto medieval, con sus calles empedradas, pasadizos abovedados, casas con entramado de madera y portales tallados.
5. Irancy, pueblo vinícola en el corazón del Yonne
Irancy es un pueblo del centro del departamento, perteneciente a la denominación Irancy, un vino tinto afrutado y especiado. El pueblo está rodeado de viñedos, que añaden un encanto especial al paisaje. Podrá visitar el Domaine de la Bongran, que produce un vino de renombre, y degustar sus diferentes añadas. También podrá admirar el patrimonio arquitectónico del pueblo, como la iglesia de Saint-Germain, del siglo XII, con sus bellos murales, y el lavadero del siglo XIX, testimonio de la vida cotidiana de antaño. También puede aprovechar el entorno natural siguiendo las rutas de senderismo por el campo y los viñedos.
6. Châtel-Censoir, un pueblo mágico
Châtel-Censoir es un pueblo del norte del departamento, bordeado por el Canal del Nivernais y el Yonne. Tiene un ambiente mágico, con sus casas de piedra, puentes, esclusas y flores. Puede visitar la iglesia de Saint-Potentien, del siglo XII, con su campanario octogonal y su portal románico, o el castillo de Faulin, del siglo XV, que domina el pueblo. También podrá disfrutar del Canal du Nivernais, uno de los más bellos de Francia. Puede pasear por sus orillas, ir en bicicleta, en barco o en kayak, o incluso hacer un picnic en sus orillas.
7. Cravant, un pueblo con pasado comercial
Cravant es un pueblo del centro del departamento que fue un importante centro comercial en la Edad Media. Conserva vestigios de su historia, como las halles (mercado cubierto) del siglo XV que albergaban a los comerciantes, el puente del siglo XIII sobre el Yonne y las murallas del siglo XIV que protegen el pueblo. También podrá descubrir el patrimonio arquitectónico del pueblo, como la iglesia de Saint-Pierre-et-Saint-Paul, del siglo XII, con su campanario cuadrado y su portal esculpido, la capilla de Saint-Lazare, del siglo XII, que alberga un museo de arte e historia, y el lavadero del siglo XIX, testimonio de la vida cotidiana de antaño.
8. Saint-Père, en el camino de Santiago de Compostela
Saint-Père es un pueblo del sur del departamento, en el camino de Santiago de Compostela. Es famoso por su iglesia de Saint-Père-sous-Vézelay, del siglo XII, obra maestra del arte románico. Podrá admirar su portal esculpido, que representa el Juicio Final, su campanario octogonal, que domina el pueblo, y su ábside, adornado con capiteles historiados. También puede visitar el Museo de la Obra Viollet-le-Duc, que presenta las obras de restauración realizadas en la iglesia por el arquitecto en el siglo XIX. También puede disfrutar al máximo de los paisajes de los alrededores paseando por el arroyo Trinquelin, navegando en canoa por el río Cure o visitando las cuevas de Arcy-sur-Cure, que albergan pinturas rupestres.
9. Mailly-le-Château, un pueblo en lo alto del valle del Yonne
Mailly-le-Château es un pueblo del norte del departamento, encaramado en un acantilado sobre el valle del Yonne. Ofrece unas vistas impresionantes del paisaje y del canal del Nivernais. Podrá visitar el castillo, que data del siglo XIV y fue residencia de la familia de Mailly, una de las más antiguas e ilustres de Francia. Verá su torre del homenaje, su capilla, su sala de guardia y sus jardines. También podrá descubrir el patrimonio arquitectónico del pueblo, como la iglesia de Saint-Adrien, del siglo XII, con su campanario cuadrado y su portal románico, la Maison du Bailli, del siglo XV, que alberga un museo de arte e historia, y el lavadero del siglo XIX, testigo de la vida cotidiana de antaño. También podrá disfrutar del Canal du Nivernais, uno de los más bellos de Francia. Podrá pasear por sus orillas, ir en bicicleta, en barco o en kayak, o incluso hacer un picnic a sus orillas.
10. Saint-Bris-le-Vineux, pueblo vinícola en el corazón del Yonne
Saint-Bris-le-Vineux es un pueblo del centro del departamento, perteneciente a la denominación Saint-Bris, un vino blanco seco y aromático. El pueblo está rodeado de viñedos, que añaden un encanto especial al paisaje. Podrá visitar el Domaine de la Bongran, que produce un vino de renombre, y degustar sus diferentes añadas. También podrá admirar el patrimonio arquitectónico del pueblo, como la iglesia de Saint-Prix, del siglo XII, con sus bellos murales, y el castillo de Saint-Bris, del siglo XVI, residencia de la familia Coligny, una de las figuras más influyentes de la Reforma protestante. También puede aprovechar el entorno natural siguiendo las rutas de senderismo por el campo y los viñedos.
11. Saint-Sauveur-en-Puisaye, ciudad natal de Colette
Saint-Sauveur-en-Puisaye, en el noroeste del departamento, es la ciudad natal de Colette, una de las más grandes escritoras francesas del siglo XX. Podrá visitar su casa natal, convertida en museo, que recorre su vida y su obra. Aquí podrá conocer su infancia, sus comienzos literarios, sus amores, sus viajes, sus compromisos y sus gatos. También podrá descubrir el patrimonio arquitectónico del pueblo, como la iglesia de Saint-Sauveur, del siglo XII, con su campanario cuadrado y su portal románico, el castillo de Saint-Sauveur, del siglo XV, que alberga un centro cultural, y el lavadero del siglo XIX, testimonio de la vida cotidiana de antaño. También puede disfrutar de la naturaleza de los alrededores paseando por el bosque de Puisaye, montando en bicicleta, a caballo o en canoa, o visitando los estanques de Puisaye para pescar y relajarse.
12. Saint-Fargeau, un castillo impresionante
Saint-Fargeau es un pueblo del noroeste del departamento, famoso por su castillo, uno de los más bellos de Borgoña. Se puede visitar el castillo, que data del siglo XV y ha albergado a numerosas personalidades históricas, como Anne de Beaujeu, hija de Luis XI, y La Grande Mademoiselle, prima de Luis XIV. Aquí podrá descubrir su arquitectura, mobiliario, tapices, pinturas y jardines. También podrá disfrutar de espectáculos históricos que recorren la historia del castillo y de Francia, con disfraces, caballos, fuegos artificiales y efectos especiales. También podrá descubrir el patrimonio arquitectónico del pueblo, como la iglesia de Saint-Ferréol, del siglo XII, con su campanario cuadrado y su portal románico, la capilla de Sainte-Anne, del siglo XVII, que alberga un museo de arte religioso, y el lavadero del siglo XIX, testimonio de la vida cotidiana de antaño.
13. Druyes-les-Belles-Fontaines, un rico patrimonio cultural
Druyes-les-Belles-Fontaines es un pueblo del norte del departamento con un rico patrimonio cultural. Podrá visitar el castillo, que data del siglo XII y fue residencia de los condes de Nevers. Verá su torre del homenaje, su capilla, su sala de guardia y sus jardines. También podrá admirar la iglesia de Saint-Romain, del siglo XII, con su campanario cuadrado y su portal románico, o la capilla de Saint-Sébastien, del siglo XV, que alberga un retablo del siglo XVII. También podrá disfrutar de las características fuentes del pueblo. Una veintena de ellas brotan de manantiales naturales con propiedades medicinales. Puede bañarse en la fuente del Pré, que es la más grande, o pasear por el parque de las fuentes, un lugar de relajación y ocio.
14. Mézilles, el pueblo de los vados
Mézilles es un pueblo del noroeste del departamento, atravesado por el Ouanne, un río que forma numerosos vados. Estos vados son lugares donde se puede cruzar el río a pie o en coche, sin puente ni barco. Son muy frecuentados por lugareños y visitantes, a quienes les gusta refrescarse, nadar, pescar o pasear junto al agua. Puede visitar el pueblo, que ha conservado su encanto rural, con sus casas de piedra, fuentes, iglesia y capilla. También podrá descubrir el patrimonio artesanal del pueblo, famoso por su cerámica, decorada con motivos florales o geométricos. Podrá visitar un taller de alfarería, un museo de alfarería o un mercado de alfarería, y comprar objetos originales y refinados.
15. Rogny-les-Sept-Ecluses, una impresionante esclusa
Rogny-les-Sept-Ecluses es un pueblo del noroeste del departamento, famoso por su sistema de esclusas, uno de los más antiguos de Francia. Se trata de siete esclusas escalonadas que salvaban un desnivel de 24 metros en el canal de Briare, que une los ríos Loira y Sena. Construidas en el siglo XVII, bajo el reinado de Enrique IV, se utilizaron hasta el siglo XIX, cuando fueron sustituidas por una sola esclusa. Podrá visitar las siete esclusas, declaradas monumentos históricos y testigos del ingenio y la habilidad de los constructores de la época. También podrá disfrutar del Canal de Briare, uno de los más bellos de Francia. Puede pasear por sus orillas, ir en bicicleta, en barco o en kayak, o incluso hacer un picnic a sus orillas.
16. Villeneuve-sur-Yonne, una ciudad con encanto y carácter
Villeneuve-sur-Yonne es una ciudad del norte del departamento, fundada en el siglo XII por el rey Luis VII. Conserva su encanto y su carácter, con sus murallas, sus puertas, sus torres y sus casas con entramado de madera. Podrá visitar la ciudad, catalogada como uno de los “Desvíos más bellos de Francia”. Descubrirá su patrimonio, como la iglesia de Notre-Dame-de-l’Assomption, del siglo XIII, con su campanario octogonal y su portal esculpido; el puente sobre el Yonne, del siglo XIV, con sus bellas vistas sobre la ciudad; y la casa Colette, del siglo XVI, antigua residencia de la escritora Colette. También podrá disfrutar de la vida cultural de la ciudad, que ofrece espectáculos, conciertos y festivales durante todo el año.
En conclusión, el Yonne es un destino de elección para quien desee escapar del bullicio de las grandes ciudades y descubrir la belleza y la riqueza de la Francia rural. Cada pueblo del Yonne tiene su propio encanto y su propia historia que contar, lo que permite vivir una experiencia única y memorable. Amante del vino, aficionado a la historia, amante de la naturaleza o simplemente en busca de paz y tranquilidad, seguro que encontrará algo a su medida en los pueblos más bellos del Yonne.
200 recorridos audioguiados para visitar ciudades de todo el mundo.
Descargar