¿Cuáles son los pueblos más bonitos para descubrir en los alrededores de Tours?
El encanto de Francia no se limita a sus grandes ciudades y famosos monumentos. Alrededor de Tours, una plétora de pequeños y pintorescos pueblos ofrecen una visión del verdadero patrimonio de Francia, marcado por la historia, la cultura y una belleza natural incomparable. Cada pueblo tiene su propia identidad, desde calles empedradas a casas con entramado de madera, pasando por castillos medievales e iglesias románicas. Permítame guiarle por algunos de los pueblos más bonitos que podría descubrir en su próxima escapada por Tours.
1. Artannes-sur-Indre, entre historia y naturaleza
Artannes-sur-Indre es un pintoresco pueblo donde el tiempo parece haberse detenido. Pasee por sus estrechas calles bordeadas de casas antiguas y admire su magnífico patrimonio arquitectónico, como la iglesia románica de Saint-Maurice y su castillo del siglo XV. El pueblo también está rodeado de una exuberante campiña, atravesada por el río Indre, que ofrece magníficos paisajes y un sinfín de actividades al aire libre.
No se pierda el Moulin de Balan, un antiguo molino de agua restaurado que añade un toque extra de encanto al pueblo. Artannes-sur-Indre es sin duda un lugar donde la historia y la naturaleza se encuentran, ofreciendo una experiencia inolvidable para todos los amantes de la Francia rural.
2. Beaulieu-lès-Loches, una inmersión en la historia medieval
Beaulieu-lès-Loches es un tesoro de arquitectura medieval. El pueblo está dominado por las impresionantes ruinas de su antigua abadía benedictina, fundada en el siglo XI. Al pasear por las callejuelas del pueblo, se sentirá transportado en el tiempo, ya que cada edificio cuenta una parte de la historia de Francia.
Además de su patrimonio arquitectónico, Beaulieu-lès-Loches también es conocido por su riqueza natural. Situado a orillas del río Indrois, el pueblo ofrece grandes oportunidades para pasear a lo largo del río, con bucólicos paisajes como telón de fondo. Una estancia en Beaulieu-lès-Loches es una auténtica inmersión en la historia medieval, enriquecida por la belleza de su entorno natural.
3. Candes-Saint-Martin, una joya en la confluencia de los ríos Loira y Vienne
Candes-Saint-Martin es un pueblo de excepcional belleza, situado en la confluencia de los ríos Loira y Vienne. Catalogado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, ofrece unas vistas impresionantes de los dos ríos. Su colegiata, verdadera joya del arte románico, domina el pueblo y ofrece una vista impresionante del paisaje circundante.
El encanto de Candes-Saint-Martin reside también en sus callejuelas bordeadas de casas de piedra blanca típicas de la región. Al pasear, descubrirá numerosos detalles arquitectónicos que atestiguan la historia del pueblo, desde la antigüedad hasta nuestros días. Una estancia en Candes-Saint-Martin es una verdadera inmersión en la Francia auténtica y virgen.
4. Chédigny, el pueblo jardín de Touraine
Chédigny es un pueblo único en Francia: ha sido clasificado como “jardín notable” por el Ministerio de Cultura. Cada calle y espacio público es un verdadero jardín de flores, que ofrece una explosión de color y fragancia durante todo el año. El pueblo también es famoso por su Fiesta de la Rosa, que atrae cada año a miles de visitantes para admirar las cerca de 800 variedades de rosas que adornan las calles de Chédigny.
Pero Chédigny no es sólo un pueblo de jardines. También es un lugar cargado de historia, con su iglesia de Saint-Pierre del siglo XI y sus antiguas casas de piedra. Pasear por las calles de Chédigny es una experiencia única, mezcla de maravilla estética y serenidad.
5. Crissay sur Manse, un viaje en el tiempo
Catalogado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, Crissay sur Manse es un auténtico museo al aire libre. Sus sinuosas calles, bordeadas de casas con entramado de madera y de casas solariegas de los siglos XV y XVI, le transportarán en el tiempo. La iglesia de Saint-Maurice, del siglo XII, domina el pueblo y es testigo de su rico pasado medieval.
Crissay sur Manse es también un pueblo de artistas, con numerosos talleres y galerías de arte por descubrir. Su bucólico entorno a orillas del río Manse lo convierte en lugar de inspiración y creación para muchos artistas. Una estancia en Crissay sur Manse es una verdadera inmersión en la historia, enriquecida por la creatividad y el talento de los artistas locales.
6. Le Louroux, un paréntesis natural
Le Louroux es un pueblecito encantador en plena campiña de Touraine. Es especialmente popular por su lago, donde podrá practicar una amplia gama de deportes acuáticos o simplemente disfrutar de la paz y la tranquilidad. Le Louroux también está rodeado de senderos que le permitirán descubrir la belleza de la campiña circundante.
Además de su entorno natural, Le Louroux posee un rico patrimonio arquitectónico, con su iglesia de Saint-Martin del siglo XII y sus antiguas casas de piedra. El pueblo es un remanso de paz, donde podrá recargar las pilas lejos del ruido y el bullicio de la ciudad.
7. Montrésor, el pueblo del tesoro
Montrésor es un pueblo excepcional, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de Francia. Debe su nombre a su magnífico castillo, verdadero tesoro arquitectónico que domina el valle del Indrois. El pueblo ha conservado su encanto medieval, con callejuelas estrechas, casas con entramado de madera y murallas.
Montrésor también es famoso por su colegiata de Saint-Jean-Baptiste, obra maestra del arte gótico, y por su sala de exposiciones, que acoge cada año muestras de arte de gran calidad. Una estancia en Montrésor es una auténtica inmersión en la historia y la cultura, en un marco natural de excepcional belleza.
8. Rochecorbon, entre patrimonio y naturaleza
Rochecorbon es un pintoresco pueblo a orillas del Loira. Es especialmente popular por su singular patrimonio troglodita, con casas excavadas en los acantilados de toba. También podrá admirar la iglesia románica de Saint-Georges, el Manoir de la Guignardière y el castillo de l’Aubespin, los tres declarados monumentos históricos.
Además de su patrimonio arquitectónico, Rochecorbon ofrece magníficas vistas panorámicas sobre el Loira y sus viñedos. El pueblo es un remanso de paz, donde podrá recargar las pilas mientras descubre el rico patrimonio de la región.
9. Villaines-les-Rochers, el pueblo de la cestería
Villaines-les-Rochers es un pueblo único en Francia: la cuna de la cestería francesa. Aquí podrá descubrir el arte de la cestería a través de talleres, exposiciones y demostraciones. El pueblo también es famoso por su iglesia de Saint-Symphorien, joya del arte románico.
Además de su patrimonio cultural, Villaines-les-Rochers es también un lugar de naturaleza, con sus ríos, bosques y rutas de senderismo. Una estancia en Villaines-les-Rochers es una auténtica inmersión en el arte de la cestería, enriquecida por la belleza de su entorno natural.
10. Veigné, la puerta de Touraine
Veigné es un pueblo encantador, apodado “la puerta de Touraine”. Es especialmente apreciado por su patrimonio arquitectónico, con su Manoir de la Fuye, su casa del siglo XV y su iglesia de Saint-Martin. El río Indre atraviesa también el pueblo y ofrece magníficos paisajes y numerosas actividades al aire libre.
Además de su patrimonio arquitectónico, Veigné es también un lugar de naturaleza, con sus parques, jardines y senderos. Una estancia en Veigné es una verdadera inmersión en la historia y la naturaleza de Touraine.
11. Véretz, un pueblo con encanto intemporal
Véretz es un pueblo encantador a orillas del Cher. Es especialmente apreciado por su patrimonio arquitectónico, con su castillo y la iglesia de Saint-Médard. El pueblo también está rodeado de viñedos, que ofrecen magníficos paisajes y degustaciones de vinos locales.
Además de su patrimonio arquitectónico, Véretz es también un lugar de naturaleza, con sus parques, jardines y rutas de senderismo. Una estancia en Véretz es una verdadera inmersión en la historia y la naturaleza de Touraine.
En conclusión, Tours y sus alrededores están llenos de pueblos pintorescos, cada uno de los cuales ofrece una visión única del patrimonio francés. Tanto si es un amante de la historia, un apasionado de la naturaleza o simplemente busca una escapada tranquila, seguro que encontrará un pueblo que se adapte a sus necesidades. Así que no dude en salir de los caminos trillados y descubrir estas joyas ocultas de Touraine.
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