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En el corazón del bosque de Puisaye, en Borgoña, un extraordinario proyecto arquitectónico lleva casi 30 años fascinando a miles de visitantes. El castillo de Guédelon no es un monumento histórico más: es una obra medieval viva donde decenas de artesanos construyen día tras día una fortaleza del siglo XIII, utilizando las técnicas y los materiales de la época. Esta aventura humana y científica única le sumerge en el corazón de la Edad Media para una visita inolvidable, a menos de una hora de Auxerre.Comment visiter le château médiéval de Guédelon ?
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El Castillo de Guédelon es un proyecto arquitectónico experimental iniciado en 1997 en el departamento de Yonne. ¿El objetivo? Construir una auténtica fortaleza del siglo XIII utilizando únicamente los materiales, técnicas y herramientas de la época medieval. Esta experiencia única permite a los visitantes presenciar la construcción de una fortaleza como si retrocediéramos 800 años en el pasado.
Lo que hace que este yacimiento sea tan excepcional es su total autenticidad. Aquí no hay hormigón ni maquinaria moderna: canteros, albañiles, carpinteros, herreros y azulejeros trabajan con los mismos gestos y los mismos métodos que sus antepasados constructores. El castillo va tomando forma piedra a piedra, viga a viga, ante los ojos atónitos de los visitantes que descubren los secretos de la arquitectura medieval.Comment visiter le château médiéval de Guédelon ?
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En 1996, Michel Guyot, propietario del castillo de Saint-Fargeau, tuvo la audaz idea de construir una auténtica fortaleza medieval en una antigua cantera en el corazón del bosque de Puisaye. Su ambición iba más allá de la mera reconstrucción: quería crear un auténtico laboratorio científico al aire libre donde arqueólogos, historiadores y artesanos pudieran experimentar y comprender las técnicas de construcción de la Edad Media.
En 1997 se iniciaron las obras de un castillo llamado “filipino”, inspirado en la arquitectura militar desarrollada bajo el reinado de Felipe Augusto a principios del siglo XIII. Este estilo se caracteriza por una planta poligonal con torres cilíndricas, gruesos muros cortina y fosos defensivos. El emplazamiento de Treigny se eligió por sus recursos naturales: piedra caliza, madera, arcilla, arena y agua están disponibles in situ, como ocurría en la Edad Media.
Inicialmente previsto para 25 años, el proyecto se ha prorrogado y su finalización está prevista hacia 2030. En la actualidad, Guédelon es el segundo lugar turístico más visitado de Borgoña, después de los Hospicios de Beaune, con casi 300.000 visitantes al año. En esta aventura humana participan unos cuarenta artesanos permanentes y casi 650 voluntarios entusiastas.

Uno de los aspectos más fascinantes de Guédelon es la diversidad de los oficios representados. Una veintena de oficios diferentes trabajan a diario en la obra, recreando la organización de una auténtica obra del siglo XIII. Cada artesano es un experto en su campo y está encantado de explicar su trabajo a los visitantes.
Los canteros extraen y dan forma a los bloques de piedra caliza directamente de la cantera del lugar. Armados con cinceles, mazos y cuñas de madera, desprenden la piedra en bruto y luego la cortan con precisión milimétrica para crear las dovelas de las bóvedas, los capiteles de las columnas y los paramentos de los muros.
Los albañiles ensamblan las piedras cortadas con mortero de cal elaborado según recetas medievales. Levantan los muros, construyen las bóvedas y levantan las torres del castillo. Su pericia garantiza la solidez y durabilidad del edificio.
Los carpinteros dan forma a la madera del bosque circundante para fabricar armazones, suelos, andamios y aparejos de elevación. Utilizan hachas, sierras, azuelas y barrenas para trabajar el roble sin necesidad de herramientas eléctricas.
En su taller del lugar, los herreros fabrican todas las herramientas que necesitan los demás artesanos: cinceles, mazos, clavos, herrajes para puertas, cadenas e incluso marcos metálicos. Extraen el hierro del mineral local en un alto horno y lo trabajan en la fragua con técnicas tradicionales.
Los azulejeros moldean y cuecen las tejas que cubrirán los tejados y decorarán los suelos del castillo. Utilizan arcilla local, que moldean a mano antes de secarla y cocerla en un horno tradicional.
El yacimiento también incluye canteros, cordeleros, cesteros, carreteros, leñadores e incluso alfareros. Todos estos oficios, antaño esenciales para la construcción de grandes monumentos, cobran vida ante los ojos de los visitantes en un marco auténtico y educativo.

Una visita a Guédelon permite descubrir una obra en constante evolución. En función del avance de las obras, podrá ver diferentes partes del castillo y observar a los artesanos trabajando en sus talleres.
Ya se han construido varias torres cilíndricas, algunas de casi 20 metros de altura. Se puede subir a algunas de ellas para admirar el panorama del lugar y del bosque circundante. Los muros de cortina unen gradualmente estas torres para formar el perímetro defensivo del castillo.
Actualmente, los trabajos se centran en la vivienda señorial y sus dependencias. Descubrirá el gran salón, los apartamentos señoriales, la capilla y los espacios de la vida cotidiana. Las bóvedas de crucería, las chimeneas monumentales y las vidrieras tomarán forma ante sus ojos.
Repartidos por todo el recinto, los talleres están abiertos al público. Se puede hablar con los artesanos, hacerles preguntas y comprender los gestos técnicos que ejecutan. Se trata de una experiencia interactiva y pedagógica muy apreciada por las familias.
La cantera es el punto de partida de toda construcción. Verás cómo los canteros extraen bloques del suelo con técnicas milenarias: excavando surcos, introduciendo cuñas de madera infladas con agua y fracturando la roca de forma natural.
Se ha reconstruido un molino de agua para moler el grano y funciona un taller de fabricación de tejas para producir los miles de azulejos necesarios para cubrir los edificios. Estas instalaciones dan fe de la autosuficiencia que se buscaba en las obras medievales.
El castillo de Guédelon está abierto del 3 de abril al 2 de noviembre de 2025. El recinto está abierto al público de 10:00 a 17:30 (última entrada 1 hora antes del cierre). Tenga en cuenta que el recinto está cerrado algunos martes y miércoles fuera de temporada. Le aconsejamos que consulte el calendario de apertura en el sitio web oficial antes de su visita.
Los precios de las entradas son los siguientes: adultos 19 euros, estudiantes 16 euros, niños de 5 a 17 años 13 euros. Las entradas no tienen fecha y son válidas todos los días de la temporada. Si desea una visita guiada temática, añada 5 euros por persona. Hay tarifas de grupo para grupos de 20 personas o más.
Dedique al menos 4 horas a disfrutar plenamente de su visita a Guédelon. Este tiempo le permitirá explorar todo el recinto, observar el trabajo de los artesanos, visitar los distintos talleres y disfrutar de las actividades propuestas. Los más entusiastas pueden pasar fácilmente un día entero.
El castillo de Guédelon se encuentra en Treigny (89520), en la carretera departamental D955, a medio camino entre Saint-Sauveur-en-Puisaye y Saint-Amand-en-Puisaye. En coche, unos 45 minutos desde Auxerre, 1 hora desde Nevers y 2 horas desde París o Dijon. Hay aparcamiento gratuito para los visitantes.
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Si se aloja en la región, no deje de visitar Auxerre, capital cultural de Borgoña, a menos de una hora de Guédelon. Descubra su excepcional patrimonio con un audioguía Navaway que le llevará por sus calles medievales, su catedral gótica y sus casas con entramado de madera. La aplicación le permite explorar la ciudad a su aire, con 21 puntos de interés y comentarios.

Además de la mera observación de las obras, Guédelon ofrece una amplia gama de actividades para enriquecer la visita y hacerla más interactiva, especialmente para las familias con niños.
Periódicamente se organizan visitas guiadas sobre diversos temas, como la arquitectura militar medieval, las técnicas de construcción, la vida cotidiana en el siglo XIII o la botánica. Estas visitas, de una hora y media de duración aproximadamente y dirigidas por guías entusiastas, le permitirán conocer mejor el yacimiento (coste: 5 € adicionales a la entrada).
Para una experiencia aún más envolvente, hay talleres en los que los visitantes pueden probar técnicas medievales como el corte de piedra, la herrería, la fabricación de azulejos, la fabricación de cuerdas y la pintura al ocre. Estos talleres prácticos pueden reservarse con antelación y son un gran éxito entre niños y adultos.
Hay libros de juegos gratuitos para convertir su visita en una divertida aventura. Los niños pueden buscar pistas, resolver acertijos y divertirse aprendiendo. También se organizan eventos especiales durante las vacaciones escolares.
Guédelon acoge una serie de eventos especiales a lo largo de la temporada, como mercados medievales, demostraciones ecuestres, festivales medievales y jornadas temáticas. El mercado de Saint-Nicolas, en diciembre, es especialmente popular y atrae a numerosos visitantes.
El paraje de Guédelon se extiende por varias hectáreas de bosque. Lleve calzado cómodo para caminar por el terreno, a veces embarrado. En verano, no olvide un sombrero y crema solar, ya que hay poca sombra en algunas zonas. En caso de lluvia, se agradecerá una chaqueta impermeable, ya que la visita se realiza principalmente al aire libre.
La primavera y el otoño ofrecen condiciones ideales, con un número moderado de visitantes y temperaturas agradables. En verano hay más visitantes, sobre todo en julio y agosto. Si puede, elija los días laborables para disfrutar de un ambiente más tranquilo. Llegar en cuanto abra a las 10 de la mañana le permitirá observar a los artesanos al comienzo de su jornada laboral.
Hay varios locales de restauración en las instalaciones. La sala del mercado ofrece desayunos, platos caseros para el almuerzo y aperitivos. También puede traer su propio picnic y aprovechar los merenderos. En la tienda del castillo podrá llevarse un recuerdo hecho por artesanos: herramientas en miniatura, juguetes de madera, libros, cerámica y productos regionales.
El yacimiento presenta algunas dificultades de acceso para las personas con movilidad reducida, debido al terreno natural y a las escaleras de algunas torres. No obstante, una gran parte del yacimiento sigue siendo accesible, y los equipos hacen todo lo posible para facilitar al máximo la visita a todo el mundo. No dude en ponerse en contacto previamente con el yacimiento para preparar su visita.
La región de Puisaye-Forterre está llena de lugares notables que son el complemento perfecto para una visita al castillo de Guédelon. Aproveche su estancia para descubrir los tesoros de esta hermosa región de Borgoña.
A sólo 15 minutos de Guédelon, el castillo de Saint-Fargeau bien merece una visita. Esta impresionante fortaleza pentagonal ofrece un sorprendente contraste con la obra medieval. En verano, el espectáculo histórico nocturno con 600 actores voluntarios merece la pena.
Este castillo fortificado del siglo XIII alberga en la actualidad talleres de cerámica de renombre y una galería de arte contemporáneo. Los visitantes pueden ver trabajar a los ceramistas y admirar sus creaciones en un auténtico entorno medieval.
Saint-Sauveur-en-Puisaye, cuna de la escritora Colette, alberga un museo dedicado a esta gran figura de la literatura. El castillo medieval que domina el pueblo ofrece una hermosa vista panorámica de los alrededores.
A 45 minutos en coche, Auxerre es una visita obligada. Esta ciudad de arte e historia posee un centro medieval bien conservado, la catedral de Saint-Etienne, la abadía de Saint-Germain y muelles a orillas del Yonne. Déjese guiar por Navaway para descubrir esta ciudad de Borgoña y descubrir todos sus secretos.
A sólo 30 kilómetros, los prestigiosos viñedos de Chablis le invitan a descubrir sus vinos blancos de fama mundial. Numerosas bodegas ofrecen visitas y degustaciones en un entorno auténtico.
Además de una atracción turística, Guédelon es una formidable herramienta para la investigación y la transmisión de conocimientos. El yacimiento acoge regularmente a investigadores, estudiantes y profesionales del patrimonio de todo el mundo.
Los arqueólogos pueden poner a prueba sus hipótesis sobre las técnicas de construcción medievales, los historiadores comparar las fuentes escritas con la realidad sobre el terreno y los arquitectos comprender mejor las limitaciones a las que se enfrentaban sus predecesores. Esta arqueología experimental está ayudando a resolver enigmas que han permanecido sin respuesta durante siglos: ¿cómo se levantaban piedras de varias toneladas? ¿Cómo se construían las bóvedas de crucería? ¿Qué herramientas se utilizaban realmente?
Guédelon es un destino educativo excepcional para los escolares. Se ofrecen programas específicos desde primaria hasta secundaria, que permiten a los alumnos ilustrar de forma práctica sus lecciones de historia, tecnología o ciencias. Ver a un herrero extraer hierro del mineral, o a un cantero modelar una piedra angular, es mucho más memorable que una simple lección teórica.
El proyecto también forma parte de un planteamiento de desarrollo sostenible adelantado a su tiempo. El uso exclusivo de materiales locales, el recurso a la energía humana y animal y la ausencia total de máquinas térmicas demuestran que es posible construir de forma sostenible. Esta dimensión ecológica del lugar resuena especialmente bien entre los visitantes preocupados por el medio ambiente.
En conclusión, una visita al castillo de Guédelon es mucho más que una simple excursión turística: es un auténtico viaje en el tiempo que le trasladará a la Edad Media desde un ángulo completamente nuevo. Al ver a los artesanos construir piedra a piedra este castillo con técnicas del siglo XIII, comprenderá el genio arquitectónico de nuestros antepasados y los extraordinarios conocimientos técnicos que se necesitaban para construir catedrales y fortalezas. Tanto si es un aficionado a la historia, un apasionado de la arquitectura o simplemente un curioso, este lugar único le fascinará. Aproveche su estancia en Borgoña para combinar esta experiencia excepcional con el descubrimiento de Auxerre y sus tesoros patrimoniales, para unas vacaciones ricas en emociones y descubrimientos.
Previsto inicialmente para una duración de 25 años, el proyecto se ha prorrogado y debería concluir en torno a 2030. Esta prórroga permitirá perfeccionar aún más las técnicas y completar los edificios del castillo según los planos originales.
No, la obra está abierta al público de abril a noviembre. Cierra durante el invierno porque las condiciones meteorológicas hacen imposible trabajar la piedra y el mortero de cal. En diciembre, el mercado de Saint-Nicolas abre el yacimiento excepcionalmente durante un fin de semana.
La reserva no es obligatoria para las visitas autoguiadas, pero se recomienda encarecidamente en temporada alta (julio-agosto) y los fines de semana para evitar esperas. Para las visitas guiadas y los talleres, es imprescindible reservar, ya que las plazas son limitadas.
Sí, Guédelon es un destino familiar ideal. A los niños les encanta observar a los artesanos, descubrir los aparatos elevadores y participar en los talleres. En la entrada hay libros de juegos gratuitos para mantenerlos ocupados durante la visita. Pero asegúrese de vigilarlos de cerca cuando estén cerca de obras en activo.
Las fotografías personales están permitidas y se fomentan en todo el sitio. Puede fotografiar a los artesanos trabajando, respetando su actividad. Sólo el uso comercial de las imágenes requiere autorización previa.
Sí, hay muchos alojamientos en la región: hoteles, pensiones, casas rurales y campings en un radio de 10 kilómetros alrededor del castillo. Auxerre, a 45 minutos, también ofrece una amplia gama de alojamientos para todos los bolsillos.
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