Catedral San Ruperto

Estamos frente a uno de los monumentos más emblemáticos de Salzburgo: la catedral de San Ruperto. Es el edificio religioso más importante de la ciudad y también uno de los más antiguos, ya que la primera catedral se levantó aquí en el año 774. Pero, como imaginarás, no es el edificio que tienes delante.

La construcción original sufrió el impacto de un rayo en el siglo IX y un incendio en el XII, y a lo largo de los siglos fue reconstruida, restaurada y ampliada en varias ocasiones. En 1598, el príncipe-arzobispo Wolf Dietrich von Raitenau ordenó derribarla por completo debido a los graves daños que presentaba. El encargado de levantar la nueva catedral fue el arquitecto italiano Santino Solari, que la construyó en estilo barroco entre 1614 y 1628.

Sí, solo hicieron falta 15 años para erigir este imponente templo cuya fachada de mármol impresiona a cualquiera que la contempla. Con 142 metros de largo y 109 de alto, desde los cimientos hasta la cima de la cúpula, es uno de los edificios más grandes de Salzburgo. Su interior, majestuoso y claramente barroco, alberga decoraciones artísticas con más de trece siglos de historia. Aquí descansan los príncipes-arzobispos que gobernaron Salzburgo durante siglos, y en esta misma catedral fue bautizado Mozart.

En cada entrada del templo te reciben cuatro estatuas que representan a los apóstoles Pablo y Pedro y a los dos santos patronos, Ruperto y Virgilio. Así que ya lo sabes: esta joya, situada en la Domplatz, es una visita imprescindible en Salzburgo.